Cine / Escandaloso ocaso

Berger se marca «un Melendi»

Totalmente ebrio, el protagonista de 'La caída de los dioses' pierde los papeles en un vuelo en el que viajaba a la versión alemana de 'La isla de los famosos'

Helmut Berger, en actitud provocativa con el travesti Olivia Jones, presente en el vuelo. / ANDREAS RENTZ

Berger en 'Dorian Gray'. / M. OCHS

«¡Gilipollas ¿Es que no sabes quién soy?», fueron las palabras del actor austríaco Helmut Berger cuando el personal de cabina del avión se negó a servirle más bebidas alcohólicas. Antes de embarcar, había llegado en taxi al aeropuerto de Frankfurt ya con unas copas encima y una llamativa marca de carmín en la mejilla, lo que denotaba su disposición a «hacer un Melendi».

Primero intentó montarse, a modo de cacharro de feria, en la cinta transportadora de los mostradores de facturación de maletas. «Sigue, guapo, sigue, tócame aquí también», le dijo después, tambaleante, al policía del control de seguridad» que se apresuró a dar aviso a la aerolínea. «En este estado no puede usted subir a bordo», le advirtió un empleado de la empresa de transporte aéreo australiana Quantas, pero los responsables de producción del reallity show Dschungelcamp, versión alemana de La Isla de los Famosos, en cuya nueva edición participa, movieron los contactos de la cadena RTL y lograron que Berguer embarcase con destino a Singapur para que las emisiones pudiesen comenzar según lo planeado y con todos los participantes. Así fue como el actor de 68 años llegó al asiento 17B del avión y puso patas arriba el vuelo QF6 durante nada menos que 12 horas.

En el asiento 17A, se sentaba un redactor de Bild Zeitung que ha dado después todo tipo de detalles sobre el lamentable episodio. La primera víctima de Berger fue una de las productoras de RTL, a la que abroncó a gritos por una obligada abstinencia que no figuraba en su contrato con el programa. «¡Esta mierda de aseo es tan estrecho que no puedo cagar hasta el final!», protestaba en alto volumen desde el baño del avión al que las azafatas le aconsejaron entrar para refrescarse. El único momento de tranquilidad para el resto de los pasajeros debieron agradecerlo al travesti Olivia Jones, que se ofreció a hablar con él durante largos paseos a través del pasillo de la aeronave. Pero los paseos hubieron de suspenderse cuando Berger comenzó a toquetear sin duelo a su acompañante y, de vuelta en el asiento, no tardó mucho en comenzar a tomarla con sus compañeros de vuelo y de reallity. «No me creo que seas hija de Tony Curtis, tan fea como eres», le espetó a Allegra Curtis. Después de cuatro largas horas de vuelo, y bajo amenaza de aterrizar en Dubai y echarle del avión si no cambiaba de actitud, accedió a tomar una pastilla del tranquilizante Temesta y durmió hasta Singapur.

La burda operación publicitaria para el reallity show termina definitivamente con la carrera del actor fetiche y pareja de Luchino Visconti durante doce años, hasta la muerte del cineasta italiano en 1976. El que fuera considerado en los años sesenta y setenta por el público alemán como, «el hombre más bello del mundo», es recordado por su papel en películas como La caída de los dioses (1969), El retrato de Dorian Gray (1970), Luis II de Baviera, el rey loco" (1972) y Confidencias (1974), pero a su avanzada edad apenas trabaja y su imagen se asocia a programas televisivos de la peor calaña. RTL ya ha anunciado que Berger deberá compartir habitación de hotel durante el reallity con Olivia Jones y con su abultada delantera.