Es Nochebuena
Se han apagado los ecos de esas buenas gentes que en Huesca festejaban el Gordo de la lotería. Muchos en paro, alguno con la orden de desahucio y la lágrima resbalando por sus mejillas mirando al cielo y respirando hondo. Los nuevos ministros se encerraron en sus despachos tras su baño de enhorabuenas y se pusieron a trabajar. El presidente Rajoy está lejos de actuar como el cartero que llama dos veces. Con una de teléfono le ha bastado.
Las imágenes de una semana intensa buscan hoy el color de las tradiciones. Esta noche es Nochebuena y mañana, Navidad. Las ciudades ponen en las calles las melodías de los villancicos y encienden las luces. Los amigos se felicitan y se desean lo mejor entre besos y abrazos. A los conocidos se les da la mano con un entusiasmo desmedido. Incluso se cruzan sonrisas con esos vecinos a los que se les castiga durante todo el año, por su antipatía, con indiferencia. Los comercios tienen la vida que les robó la crisis y las tarjetas de crédito baten hoy, entre las 12 del mediodía y la una de la tarde, el récord de pagos de todo el año. En los mercados, quien más y quien menos hace un exceso porque la ocasión lo merece.
Hay quien incluso, como diría Luis Del Val, compra angulas en las joyerías. Las casas, adornadas con árboles de Navidad y belenes, esperan a que las familias encuentren ese punto de afecto que puede faltar en otras ocasiones. Y no todos recordarán que las celebraciones tienen como protagonistas, en un portal de Belén donde hay estrellas, sol y luna, a la Virgen y San José y el Niño que está en la cuna.
Es la historia más grande jamás contada. La que yo cada año dibujo en mi mente y quisiera haber podido narrar en algún medio de comunicación. Equiparme con una libreta y un bolígrafo, un micrófono o una cámara de TV y buscar la exclusiva con el gran protagonista. Me hubiera gustado entrevistarle a fondo cuando se hizo hombre siendo el hijo de Dios. Y disipar mis dudas. Encontrar respuestas donde todavía me surgen preguntas. Y cuando en la cena echemos en falta a los que se fueron, que ese nudo en la garganta se convirtiera en una exclamación de alegría. Feliz Nochebuena. Feliz Navidad.