Chaves Nogales, el liberalismo

El sevillano Manuel Chaves Nogales (1897-1944) fue un formidable periodista y un gran escritor largo tiempo preterido. No fue peor que González Ruano, en absoluto (y coincidió trabajando con él en El Heraldo…) pero tuvo peor suerte, a la postre. Pues la suerte existe. Y puesto que tiene que ver con la Fortuna, nunca es justa.

Aunque publicó su primer libro en Sevilla y en 1921, La ciudad. (ensayos), vivía desde 1920 en Madrid como periodista, que sin dejar de serlo (hizo espléndidas entrevistas y reportajes internacionales) tenía además una clara y notable disposición literaria…

Chaves Nogales llegó a ser un nombre importante antes de la Guerra Civil, por su estupenda biografía de Belmonte, por su libro sobre Ifni o sobre el exilio ruso en Europa, y porque fue director del diario Ahora, uno de los más vendidos durante la República y muy próximo a Azaña. De mente lúcida y fértil espíritu creador, Chaves se definía sin complejos como «un pequeño burgués que vive en una república democrática». Como había conocido in situ el nazismo alemán y el comunismo ruso, no tuvo empacho en declarar que no le gustaban.

Cuando estalló la carnicería de la Guerra Civil fue de los que supo enseguida que lo tenía todo perdido, porque era republicano pero no comunista ni fascista. El Gobierno de la República se marchó a Valencia a principios de noviembre de 1936, y Chaves se marchó al exilio en Francia. Allí siguió trabajando como periodista y la editorial Renacimiento acaba de publicar dos auténticas joyas, preparadas por María Isabel Cintas, dos libros inéditos como tales y muy bien editados: Crónicas de la Guerra Civil, una recopilación de artículos (publicados en periódicos latinoamericanos y europeos, traducidos algunos, porque no se ha hallado el original) donde entre 1936 y fines de 1939, Chaves explica nuestra guerra a los extranjeros, el régimen de Franco y la barbarie general.

Para Chaves -y esto es novedoso- el levantamiento militar habría fracasado y pronto, sin la intervención de alemanes, italianos y rusos. Los que ayudaron a las partes extremas convirtieron la tierra española en experimento de sus odios y de los nuestros, más pobres pero no menos terribles. El centrismo, el verdadero liberalismo, la República de Azaña, fueron pronto apenas un nombre… Pero si estos artículos de periódico nos suministran muchas claves, el otro (con prólogo hoy de Muñoz Molina) es una serie crónicas reales y de alto pulso literario que se publicaron en México en 1938 con dibujos de Jesús Helguera, y que componen unidos una verdadera pieza de alta literatura: La defensa de Madrid. Realista y con el vigor novelístico de A sangre y fuego, estoy de acuerdo con Muñoz Molina en que si hasta hoy las mejores páginas de cómo Madrid resistió a los nacionales a fines del 36, se debían a Barea y a Aub, ahora hay que añadir este libro (pues libro es) tan bello, trágico y apasionado de Chaves Nogales, que mecla realidad y ficción verosímil de maravilla.

Probablemente melancólico pero activo (hasta su muerte en Londres en el 44, pues la Gestapo lo perseguía en Francia) Chaves hace un canto al valor honesto del general republicano Miaja, hombre sencillo y burgués (ni comunista, ni fascista, ni anarquista, militar leal a secas) que hizo verdad ese No pasarán mítico. Magnífico Chaves Nogales con dos libros nuevos. Su revalorización -de justicia- tiene que ser mayor e inmediata. Él sí perdió la guerra…