La Constitución de los héroes

¿QUÉ OCURRE en España? ¿Qué pasa con el viejo país que defendía con orgullo su esencia y a sus compatriotas? ¿Hemos olvidado todo lo que nos une para aceptar con sumisión aquello que nos divide y arruina?

Mañana celebramos el nacimiento de una Constitución alumbrada para promover, bajo el manto de una nación unida, la libertad, justicia, igualdad y pluralismo político, como señala nuestra Carta Magna.

Y es obvio que resulta difícil justificar hoy la plenitud de esa libertad, cuando vuelven a campar los proetarras por el País Vasco o el Congreso, o cuando ni siquiera los padres tienen garantizada la libre elección de la lengua española en la educación de sus hijos. Y resulta igualmente obvia la inexistencia de igualdad ante la Justicia tras comprobar, por ejemplo, el trato recibido por los Albertos o el recién indultado Alfredo Sáenz o, sin ir más lejos, por los indignados, beneficiados por una inacción oficial injustificable. Todo ello sin entrar a valorar el dudoso pluralismo de un país donde un escaño proetarra puede lograrse con poco más de 40.000 votos y uno defensor de la unidad de España, como los de UPyD, exige 200.000.

Pero más allá de esos grandes asuntos, el día a día sigue mostrando la deriva de los objetivos constitucionales que sufre España. Porque un país que olvida a sus héroes difícilmente puede llegar a ser una nación digna de tal nombre. Tengo fe en que aún seamos muchos quienes exigimos saber que ocurrió aquel 11-M que cambió nuestra historia. Especialmente tras constatarse pericial y judicialmente la falsedad de los soportes de la sentencia de la Audiencia Nacional. Pero resulta duro aferrarse a esa esperanza cuando se descubre que la principal asociación en defensa de aquellas víctimas, héroes de nuestra nación, se enfrenta a su posible desaparición por la falta de ayudas públicas. Y aún más cuando se descubre que el ahogo a la Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M sucede mientras Pajín destina 9,4 millones a ONG para fomentar «una ciudadanía activa» o 2,8 millones a sindicatos y grupos feministas; mientras Sinde amplía en 15,2 millones las ayudas al cine; Griñán regala una subvención extra de 9,7 millones a UGT y CCOO; o las asociaciones de Memoria Histórica se apuntan otros 5,6 millones, sumando ya 25,1 desde 2006.

Las víctimas del terrorismo son nuestros héroes. Ciudadanos que murieron por querer vivir en una España que defiende la Constitución. Mañana sería un buen día para recordarlo.