Más escraches
AFIRMA el Partido Popular que el escrache ante el domicilio de la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, constituyó delito. No fueron de esa opinión ni el juez Marcelino Sexmero, que archivó la denuncia presentada por familiares de la vicepresidenta, ni la Audiencia de Madrid, que desestimó el recurso. En estos casos, sin embargo, conviene hacer caso a los especialistas. Y no hay gente más experta en escraches que los populares. Matizo: los populares son tan expertos como los socialistas. Es decir, lo máximo. PP y PSOE reúnen a las más preclaras eminencias en la materia. Podría decirse que son sus inventores, dicho sea esto con el máximo respeto a los argentinos. Si ellos hablan, los demás callamos. Jueces incluidos. No se puede discutir contra tantos años de experiencia.
Otra cosa es la calidad intrínseca del escrache que nos ocupa. Una birria, francamente. Un esperpento de aficionados. Un escrache como es debido se monta desde la política y se realiza desde la prensa, y sale estupendo cuando la víctima es un juez. ¿Se acuerda alguien de un juez llamado Marino Barbero? Sí, ese tipo decente que se significó como magistrado, durante el franquismo, por oponerse a la pena de muerte y a las leyes más brutales de la dictadura. Ya en el final de su carrera, en el Supremo, tuvo el valor de asumir el sumario de Filesa sobre la financiación ilegal del PSOE. Rodríguez Ibarra, entonces presidente socialista de Extremadura, le comparó con los etarras. A Barbero le dijeron de todo. Acabó renunciando.
Ningún juez que se haya atrevido con la política se ha librado del escrache. La juez Alaya, instructora del sumario sobre los ERE fraudulentos del Gobierno andaluz; el juez Garzón, que reventó (en todos los sentidos) el melón de Gürtel y la financiación ilegal del PP; el juez Gómez de Liaño, que se metió con Polanco; el juez Castro, que investiga la financiación ilegal de una Infanta y su marido… No hay espacio para una lista completa. Al juez Ruz, que se encarga ahora de Gürtel, el PP no deja de meterle prisa, tras haberse resistido a la más mínima cooperación. Y ahora el PP saca un video sobre las simpatías socialistas de la magistrada Isabel Valldecabres, miembro de la Audiencia que ha rechazado el recurso por el escrache a Sáenz de Santamaría.
Los escraches de los partidos son una cosa muy seria. No te hacen pasar una mala tarde: arruinan tu prestigio y, si te descuidas, te dejan sin empleo. Miren, en materia de armas químicas hay que preguntar a Bachar Assad; en materia de descuartizamientos, a Jack el Destripador; y en materia de escraches salvajes y delictivos, a los partidos políticos. Son los que más saben.