Una amnistía apenas incierta

LO QUE inició ayer la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional –tan requetesala, rauda y unánime que, hasta su cierre, propongo llamarle Salón– es una amnistía apenas encubierta para todos los etarras, por muchos y atroces que sean sus crímenes. Es una amnistía política, fruto del llamado «proceso de paz» en el que Zapatero se rindió a ETA y que Rajoy ha hecho suyo con velocidad impropia de sus costumbres. Es una amnistía ilegal, no proclamada en las Cortes, por la que la casta política se asegura de que la ETA no la mate aunque no entregue las armas. Es una amnistía esperpéntica que recuerda la tragicomedia de Boadella La torna, basada en un hecho real: la ejecución de Puig Antich al final del franquismo, que fue acompañada con la sobra o torna de la ejecución de un delincuente común, Heinz Chez, que se hubiera evitado el garrote vil si el régimen no hubiera necesitado disimular una ejecución política. Ahora es lo mismo pero al revés: para disimular la amnistía política a los etarras se amnistía a los peores asesinos y violadores en serie.

Y es, en fin, una amnistía llovida del cielo, porque, preguntado Rajoy, su respuesta ha sido «está lloviendo mucho». Cuando sobre La Moncloa y ese Salón de los Jueces Perdidos donde se reciben las órdenes del Gobierno y la oposición, lluevan los delitos de sangre de los asesinos amnistiados para disimular el pacto con la ETA, supongo que llevarán sus togas al tinte; y como nuevas.

Hasta ahora, el Salón de lo Penal Exprés era el Salón del Violón. Aún está esperando Ruiz Mateos que se repita su juicio por el expolio de Rumasa, como ordenó el TDH. Aún esperamos que con la misma prisa, los jueces de la Amnistía ilegalicen todas las fachadas político-electorales de la ETA, como recomendó el TDH, Resupremo del Supremo y Reconstitucional del Constitucional, pero sólo a veces. Poca prisa, siendo tan prisa lo suyo, mostraron en el caso Faisán, cuando ordenaron a Ruz repetir las diligencias por las que debería juzgarse a la cúpula policial de Interior. Demasiadas pruebas de que el chivatazo lo dio el Gobierno a la ETA: era un agobio. Esto del TDH es la eurofaisanada del PSOE, asumida por el PP y servida por estos jueces veloces que, ya sin terrorismo, espero desalojen sus cargos. Rápido.