Tecnología a la española
En plena era de la globalización y deslocalización industrial, ¿es posible producir electrónica de consumo en España? A confesión de parte, este lego ha de reconocer su error al suponer que una marca como Woxter, tan activa, visible y conocida en tiendas especializadas y grandes superficies, es asiática. Y resulta que no (aunque sí el nombre), porque se trata de una especie de franquicia, de la que dos españoles residentes en Madrid poseen los derechos para Europa y América Latina.
Mario Mateos y Pablo Redondo hacen y deshacen, no sólo en el plan comercial, sino también en la línea de producto, diseño, innovación y exploración de tendencias de la futura demanda. Dos «entusiastas de la tecnología», que se atreven a intentarlo pensando en lo que ellos desearían comprar.
«Es una cuestión de olfato», explican ambos, «porque hay que planificar con tiempo la producción y tienes que imaginar lo que la gente va a querer dentro de seis meses. El proceso es muy largo: tienes que definir el producto, sus especificaciones, e incluso el diseño. Tenemos un buen equipo de ingenieros. Luego vas a China, donde conocemos proveedores y fábricas de confianza, y lo encargas. Con el dinero por delante, ¿eh? Mientras se fabrica, te lo envían por barco y lo distribuyes al canal de ventas, son cuatro o cinco meses».
Woxter se atrevió con la tablet cuando pocos creían en él y acaba de lanzarse al smartphone, con una vistosa línea que llama Zielo, con irreprochables pantallas IPS de gran formato, Android y doble SIM... por debajo de 200 euros.
«Sí: nosotros peleamos el precio, pero ponemos también mucho empeño en un control de calidad muy riguroso. Pasamos mucho tiempo en China asegurándonos. No queremos vender nada que dé problemas. Y por si acaso, tenemos un servicio técnico muy potente».
A lo largo de los años, han ofrecido al consumidor español desde equipos de sonido y reproductores de vídeo hasta su actual gama de móviles, además de gran variedad de accesorios para todo tipo de dispositivos de otras marcas. «Es con lo que más ganamos», se ríen. ¿Y el negocio de la electrónica de consumo da dinero? «Hombre, nos empeñamos hasta las cejas y tenemos que responder hasta con nuestras casas, porque financiación no hay. Y desde que vendes hasta que cobras la factura, son otros cuantos meses. Empezamos con un producto y hasta que entra el dinero en caja puede pasar un año. Pero vamos tirando...»
Twitter: @juliomiravalls