Mordida en los ERE

Tiembla el aparato de extorsión

En la lucha judicial contra el inmenso tinglado de corrupción de la izquierda andaluza, la juez Alaya ha dado un paso más al procesar a dos cobradores de UGT y Comisiones Obreras que, no satisfechos con el saqueo de fondos públicos en los ERE, trincaron 180.000 euros más por cabeza o siglas en su propio beneficio. Si el cierre de la Faja Pirítica de Huelva registra un índice de irregularidades pasmoso, comprobar cómo los sindicalistas de más galones añadían una mordida particular al escandaloso peaje general que se llevan por cada parado (un 0,5 %) no sólo supone o debería suponer el fin de la impunidad de los que son, en opinión de la Policía, la llave de todos los casos de corrupción, sino también el fin de la omertá en las bases sindicales, que ven hundirse irremediablemente el escaso prestigio que les quedaba. Ese ha sido el caso de los ugetistas del Ministerio de Cultura, teatros y museos, que se muestran «hartos de pagar todos por unos golfos andaluces». Lo malo es que Toxo y Méndez han vuelto a demostrar que, si la instructora es Alaya, estarán con los golfos hasta el Juicio Final.

Contrapunto de Rubalcaba

Susanita, el art

e de la ilusión

En el yermo adocenado del bipartidismo español, donde sólo la obediencia perruna obtiene premio y el talento se oculta en administraciones menores para no desatar los celos de la mediocridad, un producto de esa misma mediocridad, Susana Díaz, está logrando el milagro de hacernos olvidar que ha llegado a la Presidencia de la Junta de Andalucía para tapar el escándalo de los ERE que se llevó por delante a Chaves y a Griñán. Pese al analfabetismo prosódico digno de su pereza académica –diez años para acabar Derecho– Díaz ha logrado el respeto de los enemigos –fácil: la derecha siempre es blandita con la izquierda que se dice española– y el entusiasmo de los suyos, pese al diario pesimismo que supone el liderazgo de Rubalcaba. Tras condenar al ZP del que se dijo heredera, esta semana sacó tanto de quicio a su ratón Pepunto en rueda de prensa conjunta que El País se la ocultó a sus lectores, no fuera a enfriarse el fervor ratonil. Y en Moncloa va y le ofrece a Rajoy un pacto contra la corrupción, o sea, un ERE a Bárcenas. Desde David Copperfield no se veía semejante alarde del ilusionismo.

Cerco al juzgado de Alaya

El sindicato del langostino se rebela

La detención de Mera y Carmona, dos de los dirigentes históricos de UGT y Comisiones Obreras en Andalucía, ha ilusionado a los que esperan ver el fin de la corrupción en Andalucía antes de dejar este perro mundo, pero ha soliviantado al sindicato del langostino y a los liberados de las marisquerías sevillanas. En un bochornoso espectáculo de empecinamiento en la corrupción, trescientos sindicalistas de UGT y CCOO con sus líderes a la cabeza cercaron el juzgado donde Mercedes Alaya tomaba declaración a los detenidos y la injuriaron de todas las formas imaginables e incluso inimaginables. Con decir que, además de «franquista» y «pepera» le llamaron «fea», está dicho todo. Alaya se vengó como suele, trabajando hasta las tres de la madrugada, fuera de cualquier convenio y muy alejada de las muelles costumbres de los liberados andaluces. Cuando salieron en libertad con cargos, la marabunta vociferante se aprestó a celebrarlo en uno de los sitios más caros de Sevilla. ¡Sobran fondos! ¡El sindicato del langostino unido jamás será vencido! Si acaso, por el ácido úrico facha y el vil colesterol.

Símbolo contra la adversidad

María de Villota

, ángel presuroso

La noticia de la muerte de María de Villota en la habitación de un hotel sevillano conmocionó la mañana del viernes, día de tránsito y muy difícil de alterar. Pero nadie como ella ha sido capaz de convertir la adversidad que, hace año y medio, destrozó su rostro y su carrera como piloto de Fórmula 1, en una ocasión para celebrar la vida. Sólo la familia y la propia María sabían hasta qué punto las secuelas del accidente en Duxford, el 3 de julio de 2012, que le costó la pérdida de un ojo, seguían conspirando contra su afán de vivir. Casada este verano, María iba a dar una conferencia y presentar su libro La vida es un regalo cuando tuvo que detenerse. Al confirmarse la noticia de su muerte toda España supo hasta qué punto el título de su libro no mentía. La familia, en una nota estremecedora que conocimos pocas horas después de su solitario final, hizo público el agradecimiento a «su ángel» por el regalo que les ha hecho quedándose con ellos cuanto ha podido, un año que la convirtió en símbolo de la lucha contra la adversidad. Ya no tendrá que parar, allá donde esté, este ángel presuroso.