Benjamín y los váteres
ESTE chico, Benjamín, de quien todo el mundo habla, se queja a través de Twitter de tener dos carreras –¡y un máster!– y de no haber encontrado otro trabajo que el de servir cafés y limpiar váteres en un bar de Londres.
Las dos carreras que Benjamín tiene son Periodismo y Relaciones Públicas, que viene a ser como comerte un Bonny 2 y pensar que ya has merendado en el hotel Sacher. Lo del máster, esa nueva modalidad de holgazanería cuando no de ensañarse en la interminable extorsión de los padres, no merece la pena ni comentarlo.
Haber estudiado no tiene nada que ver con saber encontrar trabajo, y ya no digamos con merecerlo. Salvo aquellas carreras como, entre otras, Arquitectura o Medicina, lógicamente imprescindibles para ejercer, el paso por la universidad está sobrevalorado. Ninguna carrera te enseña, por ejemplo, a razonar o a escribir bien.
Para encontrar trabajo hay que pelear, y pelear duro, y aferrarse a cualquier ofrecimiento, e insistir hasta la extenuación para conseguir primero, un pequeño espacio, e ir ensanchándolo luego, con todavía más paciencia y constancia.
¿Hay crisis? Pues claro. Pero los realmente buenos continúan teniendo su oportunidad. Manuel Jabois se convirtió en columnista de este periódico el año pasado, seguramente el más dramático, si tenemos que hacer caso de los que dicen que ya hemos empezado a remontar. Para el talento siempre hay espacio.
No hay nada indigno en servir cafés ni en limpiar aseos. ¿O es que escribir no es «limpiar la mierda de los otros», por decirlo en palabras que usó Benjamín en su carta posterior al tuit que le hizo famoso? Pero mientras éste sea el trabajo que tienes, esto es lo que eres. Por muchas carreras que tengas, «lo tuyo» no es aquello de lo que no encuentras empleo sino aquello por lo que te pagan. Que un poco de realismo nos ayude a compensar la vacua retórica de tanto victimismo falsario.
Benjamín: si estás trabajando de camarero en Londres no es culpa de Inglaterra, ni de la crisis, ni de España; y si con la atención que has captado de tantos medios de comunicación no consigues que te hagan alguna oferta interesante, lo que realmente mereces es continuar regodeándote en la misma mierda de Twitter y los váteres.