La vía muerta

EL PSOE de Rubalcaba está perpetrando una de esas operaciones de trilería política y desvergüenza intelectual que hasta para los suyos resulta sonrojante. Hasta ahora, el mayor nivel en el debate sobre el separatismo catalán lo ha alcanzado Corcuera, que el otro día preguntó a sus cuates del PSOE y del PSC: «¿Derecho a decidir? ¿Decidir, qué?». Nadie ha osado responderle al ministro-de-la-patada-en-la-puerta, y no por miedo a la coz sino porque lo único ya decidido en el PSOE es llegar a ministros como sea, ayuntados con etarras, asaltatiendas y separatistas del más vil rincón, aunque el precio sea consagrar a Corcuera como el Aristóteles de Ferraz.

Pero como eso del «derecho a decidir» ya se usaba para defender el aborto en la Transición y es uno de esos principios que no tienen fin, porque cada parte puede decidir separarse de cualquier todo, Rubalcaba y Valenciano han dado un paso más en esa línea de suicidio creativo del PSOE y el PSC. Y lo que han decidido tras proclamar el derecho a decidir es, tatachán, seguir la «tercera vía» de Duran Lleida, el tonso líder de Unió Democrática de Catalunya, con razón Unió porque desde los años 70 no ha sido otra cosa que un apéndice unido al partido o partida de los Pujol y que es el único partido democristiano que ha devorado a todos los dioclecianos. La doctrina política de Duran Lleida podría resumirse así: somos donde estamos o el estar es nuestro ser. La «tercera vía» es otra antigualla retórica de los 70, supuesta síntesis de socialismo y capitalismo que gustaba mucho a regímenes nazis como Siria o Irak, a Gaddafi, al Peronismo, a Yugoslavia y otros Países No Alineados, alguno tan alineado como Cuba. Durán la presentará como la doctrina social del Papa Francisco y Rubalcaba comulgará con esa o cualquier otra rueda de molino. Todo trilería.

Aquí hay una vía que es la Constitución Española; un tren que se ha salido de la vía, que es el separatismo de Convergència, Unió, ERC y el fasciopegamento informativo de la carcundia y la progrez antiespañolas; y hay una vía muerta: la de quienes quieren beneficiarse del descarrilamiento como si no fueran en el tren. Este PSOE ya es como el PSC: la nada sin sifón. Y Rubalcaba quiere ser Carmen Chacón pero sin cruzar el charco. Este tío no se moja ni en el Diluvio Universal.