A decir cómo «delincuir»

Cómo estará España que Corcuera parece Sócrates en plena tarea mayéutica cuando va y le pregunta al PSOE: «¿Qué es eso del derecho a decidir? ¿Decidir qué?». Y cómo estará el PSOE para que la gramática del lebrijano Nebrija haga decir la verdad al ex-presidente Chaves, que jura que «nadie se metió en un cuarto oscuro para «delincuir». En efecto, nadie duda de que la Presidencia, la Consejería de Hacienda o cualquier otra dependencia de la Junta en que se artillara el atraco de los ERE disfrutan de la milagrosa luz sevillana, derramada en ventanas y balcones. Y nadie dice que Chaves se dedicara a «delincuir». Al revés: será gratísimo para la juez Alaya, acosada por el Clan de la Tortilla, ver cómo Chaves no recurre su auto y ya no niega que lo que hacía era delinquir. Y para colmo a «esa luz de Sevilla», que es tanta luz. Sobre todo, cuando hay jueces y taquígrafos.

Cómo estará España para que Corcuera nos parezca el socialista más sensato, decía, Pero es cierto, porque, en homenaje a la LOGSE, el PSOE, por boca de Valenciano, ha dicho que no pretenden incluir el «derecho a decidir» cómo romper España en la Constitución, que es un manual cívico para vivir bajo el imperio de la Ley. Lo que van a hacer los sociatas, dice la numero dos o bis de Rubalcaba, es «debatir el derecho a decidir». O sea, que como sus pedabobos de la LOGSE, no han decidido nada, sino que van a decidir si deciden algo. Tampoco debaten su decisión, porque no hay decisión posible sin antes debatir cómo debatir si decidir cómo decidir. Cuando Stein escribió lo de «una rosa es una rosa es una rosa» no produjo una de tantas gansadas vanguardistas, sino que inspiró a Mecano y habilitó a Confucio para enseñar a enseñar a enseñar. Total, para no hacer la O con un canuto.

Cómo estará España, decía, para que, tras la exhibición de la infancia lobotomizada por el nacionalismo en TV3, prohíban rodar la serie Isabel en un museo barcelonés, dizque por «el desencuentro entre la esencia del rigor histórico del museo y la difusa línea entre la realidad y la ficción». El rigor histórico del nazifascismo catalán lo estamos viendo cuando hacen separatista a un patriota español como Rafael de Casanovas o guardan el título de Molt Honorable a Jordi Pujol. Ese sí que sabe qué es «delincuir».