En la piscina se juega a las damas

Nos falta el oro, ese metal febril cuya sola mención deslumbra y encandila. El oro, ese ascua encendida que hace de quien lo gana el nombre más distinguido y recordado. El oro, que en algunos linda con la costumbre y en otros con la utopía. Pero dos medallas tras dos jornadas colocan a España en el reducido grupo de siete países que hasta ahora han gozado del privilegio de subir al podio femenino. Por añadidura, sólo dos de esos países han obtenido más medallas (tres): Estados Unidos y Australia, la pareja de superpotencias históricas.

El hecho tiene su importancia como expresión de un despertar de nuestra natación y como confirmación del creciente papel de la mujer en nuestro deporte. Aunque no hay que pensar que vamos a ganar una medalla por día, el arranque competitivo, espectacular para nuestras posibilidades, aumenta entre nosotros el interés y resonancia del Campeonato. Parece que Mireia tenía razón al decidirse a cumplir un programa denso y exigente. Siete pruebas, si también interviene en los 4x200 libre, que la obligarían, a veces en sesiones dobles, a lanzarse al agua otros tantos días. De domingo a domingo.

Cuando ayer por la mañana nadó en muy buenos números la fatigosa semifinal de 1.500, no apostábamos por ella en la vespertina final de los 200 estilos, una prueba en la que ha destacado menos que en otras. Celebramos habernos equivocado, aunque mantenemos una cierta reserva acerca de la influencia negativa de la creciente acumulación de esfuerzos y responsabilidades.

... Y llegaron los récords. Abrió la veda la lituana Ruta Meilutyte. Y si ayer escribíamos acerca de la juventud triunfal de Katie Ledecky, hoy nos asombramos ante la edad de la lituana. Tiene la misma que la estadounidense, 16 años, que ayer también se paseó en esas semifinales de 1.500. Y, como ella, fue campeona olímpica en Londres con 15. Destrozó entonces a Rebecca Soni y desde ahora es la plusmarquista mundial de los 100 braza con 1:04.35. Quizás no se quede ahí, porque estableció el récord en las semifinales, tras haber nadado las series en 1:04.52, en ese momento la segunda mejor marca de la historia tras el tope universal de Jessica Hardy (1:04.45). En los últimos tiempos la natación había alargado la edad de los campeones. Parece que vuelve a ser predio de adolescentes. Eso sí que es un regreso al futuro. Los mejores momentos del Campeonato los están ofreciendo, a España y al mundo, las mujeres. En la piscina se juega a las damas.