Obispo emérito
AL OBISPO de San Sebastián le han dado los años un respetable sentido del humor con tesis peregrinas. «Que Estrasburgo declare inaceptable la doctrina Parot». «No basta con que ETA entregue sus arsenales». «La distensión se favorece con gestos del Gobierno para presos enfermos». Sonríe con un gesto de madre orgullosa o Medea conversa. ¿Cómo diagnostica la Iglesia el proceso de paz vasco? No ve que el Gobierno de Madrid se disponga a activarlo, quizá refrenado por fuerzas extremas. Y las bases de la Iglesia, ¿qué? «Piden que se les explique cuál es la verdadera reconciliación». Ni que fueran imbéciles o estupidizados por parte de la Iglesia. ¿Queda entonces postergada la reconciliación? Contesta que todo lo que ha emprendido ha cesado: «Ese tema sólo se logra con una investigación sin espíritu vindicativo y una justicia practicada sin espíritu justiciero». Resumen: que se transforme el sufrimiento insufrible de las víctimas en «dolor tolerable». «Se ha adelantado en eso», asegura. «En un enfrentamiento de 50 años, además de justicia tiene que haber perdón... Y entrega de los arsenales». ¿Y el nuevo Papa? Difíciles desafíos: nuevo secretario de Estado, renovación de la curia y su regeneración.