Emilio Botín, verdades como puños

DESDE LA serenidad, desde la mesura, desdela prudencia, Emilio Botín ha reaccionado frente a una decisión injusta del Gobierno y ha dicho: «Los Bancos lo han hecho muy bien en España. Cosa diferente es que haya habido otras entidades, las Cajas de Ahorro, que lo han hecho muy mal. Debe quedar muy claro. No se puede mezclar a los Bancos con las Cajas, salvo algunas Cajas que han sido la excepción».

«Los Bancos lo han hecho muy bien», es mucho más que una frase certera de Botín. Goldman Sachs, tras subrayar la calidad de la Banca española, ha clasificado a cinco de nuestros Bancos entre los seis mejores de Europa, por gestión y solvencia, encabezados por el Santander, que se mueve destacado en el top ten mundial. La auditoría de Oliver Wyman, que tal vez no hubiera resistido el sistema bancario alemán, italiano o francés, dejó a las claras la solvencia de la Banca española. No hay crisis bancaria. Hay crisis, y muy profunda, de algunas Cajas públicas gestionadas por políticos ignorantes y por sindicalistas inexpertos

Bankia, es decir, Caja Madrid, ha recibido la mitad de los dineros europeos. Y en la catástrofe de Bankia tienen especial responsabilidad los sindicatos voraces y los políticos del PP. Tal vez por eso el Gobierno, para taponar sus propias vergüenzas, habla de crisis bancaria cuando debería elogiar la solvencia de nuestros Bancos y referirse a la crisis de la Cajas politizadas y sindicalizadas.

Verdades como puños. Eso es lo que ha dicho Emilio Botín. Aparte de Caja Madrid, la crisis financiera se ha producido en una serie de Cajas que se han enmascarado en fórmulas bancarias: NCG Banco es Novacaixa Galicia; Catalunya Banc es la integración de Caixa Tarragona, Caixa Catalunya y Caixa Manresa; Banco de Valencia es sustancialmente Bancaja Inversiones; Banco Mare Nostrum es la integración de Caja Murcia, Caixa Penedés y Caja Granada; Liberbank está constituido por Grupo Cajastur, Caja de Extremadura y Caja Cantabria; Banco Ceiss es Caja España de Inversiones…

En todas estas entidades, causantes de la crisis financiera española, políticos voraces y sindicalistas inexpertos se han obsequiado con sueldos pantagruélicos, con escandalosas indemnizaciones, con blindajes insólitos. Se han dedicado, además, a colocar en sus entidades vapuleadas por la crisis a sus parientes, amiguetes y paniaguados. Y se han complacido en rociar de créditos incobrables a sus enchufados, prescindiendo de avales serios y de controles adecuados.

La clase política y la casta sindical han convertido a España en un gigantesco enchufe. Y ha ocurrido que la teta del Estado, exhausta por la voracidad de incontables paniaguados chupando del bote, ya no da abasto en ninguna de las cuatro Administraciones: la central, la autonómica, la provincial y la municipal. Y ahora el Gobierno ha decidido que los Bancos bien administrados y mejor gestionados paguen los platos rotos de los despropósitos cometidos por los políticos que gestionaron las Cajas. Emilio Botín ha hecho muy bien en reaccionar ante la tropelía y en cantar las verdades del barquero sin aspavientos ni acritudes. Pero con firmeza y con claridad.

Luis María Anson es miembro de la Real Academia Española.