Urnas

DIRIGENTES populares han subrayado con teledirigida insistencia que la democracia se ejerce en las urnas, que «algunos» quieren obtener en la calle lo que no han logrado en ellas y que el partido gobernante está avalado por 11 millones de votos.

Esta última afirmación es la única completamente cierta de las tres. Pero para mal, porque es el dato que, cegándose a la visible realidad y a las encuestas, provoca el enroque, la obstinación, la arrogancia, el «todo nos vale», la distancia y la falta de empatía, compasión y piedad con esos mismos 11 millones de votantes y no digamos con el resto.

Pretender que las protestas en la calle son cosa de filoetarras, extremistas de izquierdas y antisistema, o de socialistas y sindicalistas organizados -cuando resulta que estos últimos están en estado de K.O.-, es una broma de mal gusto, un insulto a la inteligencia, una burda manipulación, un atentado al sentido común y una agresión a la democracia.

Hay millones de españoles viviendo en la pobreza, o expulsados de sus puestos de trabajo, o con sus pequeños negocios hundidos, o arrojados de sus casas, o robados por los bancos, o con sus ingresos reducidos y sus impuestos aumentados, o con las prestaciones de todo tipo -a las que habían accedido con esos mismos impuestos- disminuidas o suprimidas o, también, con algunas de sus libertades conculcadas, porque, entre paño y bola de la crisis, este Gobierno también ha metido mano a algunas libertades.

Con este panorama, y mientras día a día aumenta la evidencia de más y más dirigentes políticos corruptos y ladrones y de más directivos de grandes empresas llevándoselo crudo en bonos e indemnizaciones, ¿qué canallada es esa de que hay que esperar dos años más a reconducir la situación con el voto en las urnas?

Canallada y mentira. Porque la democracia tiene en las urnas un instrumento decisivo y decisorio, sí, pero votar cada cuatro años no es el único derecho y deber del demócrata. Al contrario, además de trabajar y cumplir con sus obligaciones, los ciudadanos de una democracia deben asociarse, quejarse, criticar, protestar, reunirse, manifestarse y hacer huelgas cuantas veces juzguen prudente, justo y necesario. Todo eso es democracia. ¿Cómo es posible que hayamos llegado a tener que recordarlo?