La verdad es que el presidente solo tiene 123 asistentes

LA PRENSA ha tenido la osadía de publicar la sentencia de un juez inepto, contrario a que el presidente de la Diputación de Ciudad Real, el venerado líder socialista Nemesio de Lara, disponga de algo tan elemental e imprescindible como un conductor asistente que se ocupe de asegurar en el coche oficial el olor adecuado para la delicada nariz presidencial que exige el chanel número 5. El excelentísimo señor presidente dispone también para su automóvil de un segundo conductor asistente, a tiempo completo, que atiende al líder socialista para que escuche en el coche su música preferida: el himno de Riego y La Internacional, en grabación ambas piezas de la Orquesta Sinfónica de Viena, dirigida por Zubin Mehta. Un tercer conductor asistente, también a tiempo completo, se dedica a la ardua tarea de mantener limpias las alfombrillas del vehículo. Un cuarto conductor asistente tiene la misión de dar brillo a la carrocería. Al quinto conductor asistente del excelentísimo señor presidente se le ha encomendado una misión de especial relieve: asegurar la correcta presión de las ruedas. La flota automovilística del señor Lara es corta, como corresponde a la época de austeridad que vivimos. Está formada por 24 vehículos, todos ellos de gran cilindrada, entre los que destaca el BMW blindado, cuyo precio no pasa de los 550.000 euros. Siete choferes atienden al excelentísimo señor presidente. Todos ellos, al igual que los conductores asistentes, perciben sueldos conforme a su delicada función, además de pagas extras, vacaciones en verano, Navidad y Semana Santa y los obligados días moscosos, canosos, puentes, dietas, ausencias por enfermedad y suculentas jubilaciones cuando cumplan la edad. El pueblo castellano-manchego, conforme a una encuesta encargada por la Diputación de Ciudad Real, se muestra satisfecho de pagar con sus impuestos el gasto que supone atender las necesidades automovilísticas del excelentísimo señor presidente. Por otra parte, Nemesio de Lara ha dispuesto para custodiar la puerta de su despacho la contratación de 11 bedeles, dos menos que José Luis Baltar. Su gabinete, secretaría y departamentos de relaciones institucionales y protocolo completan el número, notablemente escaso, de los 123 asistentes dedicados al servicio del excelentísimo señor presidente. Destaca entre ellos el asistente perfumador de su cuarto de baño que, a plena dedicación, se ocupa en mantener los servicios aromados con chanel número 5. Hay que destacar también al asistente zapateril, que hizo un curso especializado en Cuba, para la alta misión de mantener el brillo del calzado presidencial porque el señor Lara no va a ser menos que Fidel Castro.

Como garantía de seguridad, y no por nepotismo, el excelentísimo señor presidente ha elegido a sus 123 asistentes a dedo, entre sus parientes cercanos y amigos íntimos, todo dentro del espíritu de servicio y austeridad que caracteriza al Partido Socialista. Solo un juez inepto, de tendencia claramente fascista, ha podido dictar sentencia contraria a los asistentes contratados por don Nemesio de Lara al servicio siempre del pueblo castellano-manchego. Hay gentes reaccionarias que no quieren entender hasta qué punto se sacrifica por la patria el excelentísimo señor presidente de la Diputación. El pueblo, no; el pueblo se siente satisfecho de pagar los impuestos necesarios para mantener la dignidad de don Nemesio de Lara, con la esperanza de verle pasear por las calles de Ciudad Real y disfrutar así del placer imperial de contemplar al César.

Luis María Anson es miembro de la Real Academia Española