Cierto olor a tulipanes

DICEN QUE la monarquía holandesa no tiene nada que ver con la española. Por desgracia, es casi cierto. Por fortuna, es casi falso. La caída en el caso Lockheed del príncipe Bernardo, al que por llevarse una comisión en la compra de aviones le quitaron hasta las medallas de la lucha anti-nazi, no es imaginable en España. Pero que una reina de 75 años abdique en un príncipe de 45 se parece muchísimo a que un Rey de 75 abdique en un Príncipe de 45; vamos, se parece tanto que no puede parecerse más. Y si la reina está de lo más saludable y el Rey está hecho unos zorros, lo normal es que sea el Rey y no la reina el que conjugue primero el verbo dimitir. Yo lo pedí en EL MUNDO hace algunos años, cuando el Rey respaldó a Zapatero en sus tratos con la ETA y el separatismo catalán.

Sin embargo, eso de que, a diferencia de Holanda, en España no abdican los Reyes, es una trola monumental. Con la Casa de Austria, abdicó el mismísimo Emperador Carlos; y con la de Borbón, casi no han hecho otra cosa desde que llegaron. Han abdicado tanto y de tantas maneras que algunos abdicaron dos veces -Carlos IV y Fernando VII-, en la estela del fundador de la dinastía, Felipe V, que abdicó y, tras el breve Luis I, volvió al trono y acabó, como Fernando VI, abdicando de la razón, vulgo majara. En el XIX abdicaron tres de cuatro Reyes -Carlos IV, Fernando VII, Isabel II- y el único que no abdicó fue Alfonso XII que vivió y reinó muy poco. En el siglo XX, Alfonso XIII abdicó como Rey Constitucional al llamar al dictador Primo de Rivera y desertó como Rey a secas al huir en 1931 tras unas elecciones municipales que, para colmo, ganaron los monárquicos. La renuncia a sus derechos por parte Don Juan ante su hijo Juan Carlos I es una abdicación retroactiva, tan emotiva y chapucera como la reinstauración monárquica de Franco, luego legitimada por la Constitución. O sea, que en España los Reyes abdican o les abdican. Y en las declaraciones a EL MUNDO este sábado del ya imputado Revenga («ni la Infanta ni yo…») y anteayer en el comunicado de Fontao, abogado del Rey, todo huele a chamusquina, a fin de la protección (lógico: de los 5 de Nóos ya hay cuatro imputados, sólo falta Cristina). Incluso hay quien percibe en Madrid cierto olor a tulipanes, flor y símbolo de Holanda.

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