¡O lé los suri!

El jefe de la tribu Suri tenía razón en desconfiar de los hombres que lloran. José Manuel Navarro, prototípico sevillano - bético, servesero y sentimental-, viajó a Etiopía entre lágrimas de emoción. Su objetivo: invitar a algunos miembros de esta tribu africana a pasar una temporada en España.

Los suri, etnia de feroces guerreros, adoptaron a la familia del sevillano durante un mes como parte de Perdidos en la tribu, un docurreality producido por Eyeworks Cuatrocabezas para Cuatro que en su última edición se saldó con una audiencia media del 9%. Y como las normas esenciales de la hospitalidad lo dictan y el patriarca Navarro añoraba caminar sin ropa interior por la sabana, ahora corresponde a los sevillanos ejercer de anfitriones de la tribu africana.

Perdidos en la ciudad se estrenó el jueves en Cuatro con notabilísimo 11,2% (2,1 millones de espectadores). Los Suri y Shiwiar, la otra tribu invitada, no imaginaban lo que les esperaba en España. Tal y como muestran los adelantos del programa, en un mes les han hecho sufrir el mismo tormento que los ciudadanos llevan aguantando toda una vida: Belén Esteban y la Constitución española. Si hubieran permanecido algún tiempo más, Montoro les habría reclamado media vaca en concepto de impuestos atrasados.

Con razón, el jefe de los Suri no se fiaba de los hombres que lloraban. Si lo sé no vengo, debía pensar mientras el especimen de hombre blanco sevillano le confinaba a dormir en una camita rosa y a poner la mesa. Habría que recordar que esta tribu practica la poligamia y que el varón prima jerárquicamente sobre la mujer. La primera impresión del etíope debió ser demoledora. «No, si por aquí hay mucho Suri», se quejaba Isabel, la madre del clan Navarro en referencia a su marido, poco habituado a ayudar en las tareas del hogar.

En las próximas semanas los espectadores de Perdidos en la ciudad podrán ver la metamorfosis de los suris. Les vestirán con traje cruzado para ir a los toros y por supuesto pasarán una tarde viendo al Betis... Sólo hubiera faltado que les pasearan por la feria de Sevilla y llorar con la Macarena para cumplir todos los tópicos del señorito. Lo cierto es que ver este programa es una experiencia sumamente agradable. De nuevo, la excelente labor de Eyeworks Cuatrocabezas, productora de Quién quiere casarse con mi hijo y Pesadillaen la cocina supone una apuesta por el humor desde el buen gusto y el respeto exquisito.

Hacer Salvaje a babor, reírse del choque de Suris y Shiwiar con la civilización moderna hubiera sido una tarea fácil. Sin embargo, Perdidos en la tribu evita en todo momento ridiculizarles. En cualquier caso, son las peculiaridades y costumbres del hombre blanco nativo las que a la postre producen mayor sonrojo al espectador. Imaginen que hubieran metido a los Suris a convivir con los Gandia Shore.

Es mejor quedarse en el poblado.

'Perdidos en la tribu' (Cuatro) 2,1 millones de espectadores. 11,2% de 'share'. Ejercicio de crueldad supina pero interesante como experiencia. Puede que la larga duración de cada capítulo lastre la agilidad del programa.