CÁNDIDO MÉNDEZ/IGNACIO FERNÁNDEZ TOXO

Tras el fracaso de la huelga general es necesaria la regeneración de los sindicatos

Mis muy debatidos líderes sindicales…

¿Pero de verdad no se os cae la cara de vergüenza tras el fracaso de la huelga general que nos ha costado un ojo de la cara a los contribuyentes españoles? A pesar de los piquetes violentos, a pesar de los insultos -«esquirol, hijo de puta»- contra los que acudían al trabajo, a pesar de las más varias coacciones, a pesar de las agresiones a los comercios, a pesar de la matonería de los liberados, a pesar de los incendios para interrumpir la circulación, a pesar del despliegue de banderas y estandartes, a pesar de la parafernalia desencadenada y de los espacios incesantes en todos los canales de televisión, a pesar de todo eso, el consumo eléctrico demostró sin necesidad de otras cifras el fracaso de la huelga general.

Tengo la experiencia de que los sindicatos multiplican por 10, por 15 o por 20 las cifras reales. Eso es un clásico en la manipulación sindicalista y no solo en España. El diario adicto quiso paliar vuestro fracaso con una fotografía de la manifestación en Colón. Pero allí no había más de 40.000 personas que vosotros elevasteis por encima del millón. El resto de las cifras proporcionadas a la opinión pública tampoco se sostienen y la gente no se chupa el dedo. Está al cabo de la calle de las manipulaciones y tiene conciencia clara del fracaso de la huelga.

Los españoles viven desencantados y dolidos con la situación. Lamentan los recortes que padecen aunque saben que muchos de ellos son inevitables tras la herencia económica dejada por los despropósitos y las ocurrencias de Zapatero, apoyado en muchos aspectos por vuestras centrales sindicales, que os forrasteis con él a costa de los dineros públicos. Desde el principio, la mayor parte de la ciudadanía consideró que la huelga era inoportuna e inútil; que era carísima y que perjudicaría además la imagen de España en el extranjero. Por eso el español medio decidió no sumarse a vuestra convocatoria. Si no llega a ser por los piquetes y la violencia, tal vez ni el 10% de los trabajadores hubieran secundado el despropósito puesto en marcha por vosotros, mis queridos Méndez y Toxo. Está claro que habéis convertido a CCOO y UGT en un negocio. Y que os dedicáis a defender los intereses de vuestros sindicatos por encima de los intereses de los trabajadores. La opinión pública os rechaza y quiere saber si es verdad que el 90% de vuestros gastos están subvencionados directa o indirectamente por el dinero público de las cuatro Administraciones, la central, la autonómica, la provincial y la municipal. Quiere saber cuántos empleados tenéis, cuántos colaboradores a sueldo, qué número real de liberados habéis impuesto a las empresas para que una nube de listos no dé un palo al agua. Quiere saber la opinión pública el número de edificios sindicales en toda España, lo que cuesta mantenerlos, a cuánto ascienden las facturas de limpieza, seguridad, luz, agua, teléfono, etc. etc.

Y como CCOO y UGT siguen con la obsesión de convocar un referéndum absurdo, sí que convendría organizar otro referéndum más lógico y que los españoles respondieran a esta pregunta: «¿Cree usted que los sindicatos no deben gastar un euro más de lo que ingresan a través de las cuotas de sus afiliados?».

En una democracia pluralista, las centrales sindicales son imprescindibles. No se trata de destruirlas sino de regenerarlas empezando por la financiación, por el control del casi centenar de empresas que habéis creado y por la fijación de períodos máximos de permanencia en el cargo para los ejecutivos. Solo con una profunda regeneración democrática interna se podrá contener el divorcio creciente entre los trabajadores y los sindicatos. Nadie como vosotros sabe que a vuestras manifestaciones apenas acuden otras personas que vuestros empleados y sus familias, vuestros colaboradores a sueldo y los liberados sindicales que gorronean a destajo La huelga general ha sido una demostración incontrovertible de vuestro fracaso. Ojalá que seáis capaces de rectificar para beneficio del mundo del trabajo en España.

PAUL PRESTON

Juan Carlos, el Rey de un pueblo

Querido Paul…

Has escrito la biografía definitiva de Franco. Cualquier persona que quiera entender a fondo lo que significó la dictadura del general vencedor en la guerra incivil española deberá acudir a tu libro. Desde la más completa objetividad, desde una documentación incontrovertible, la dictadura de Franco, hasta 1945 de carácter totalitario y fascista, después agriamente militar, desfila por las páginas de tu libro que refleja como un espejo la significación de aquel hombre mediocre que se proclamó «Caudillo de España por la gracia de Dios».

Sobre tu Juan Carlos, el Rey de un pueblo escribí hace diez años que «es un libro formidable. Claro que tiene varias arrugas, numerosos datos equivocados, juicios discutibles, situaciones jibarizadas, pero los aciertos superan abrumadoramente a los defectos y el balance resulta altamente positivo. Juan Carlos, el Rey de un pueblo es, con diferencia, lo mejor que se ha escrito sobre nuestro Monarca. Parece, por su conocimiento de causa, la obra de un historiador español; por su objetividad, la de un historiador británico».

Ahora, mi querido Paul, has actualizado tu biografía del Rey de España. Juan Carlos I va a cumplir 37 años como jefe de Estado y supera ya en tiempo a Francisco Franco que entró en Madrid en 1939 y falleció en 1975. La verdad es que no eran necesarias aunque sí convenientes las actualizaciones que introduces en tu libro. Lo fundamental, como he dicho en más de una ocasión, es la independencia de juicio con que te pronuncias. Las luces y las sombras de la vida del Rey están recogidas con precisión científica. Hasta 1965, Don Juan Carlos tuvo una actitud impecable. Desde 1975, también, al desmontar la Monarquía instaurada por Franco y restaurar la Monarquía parlamentaria defendida desde el exilio por su padre, Don Juan III, devolviendo como él propugnaba la soberanía nacional al pueblo español, con el establecimiento de una democracia pluralista plena. Entre 1965 y 1975, Don Juan Carlos fue franquista. No se trató solo de una estrategia política para alcanzar la sucesión y el poder, sino, según Preston, de una cuestión de convencimiento sincero. En 1965, el Príncipe comenzó a separase de su padre, Don Juan. En marzo de 1966, salió de su autoridad y participó en la lucha encarnizada que, bajo Franco, libraban los tecnócratas y los falangistas. Fue una pieza de esa lucha, manejada ante el dictador con habilidad por López Rodó y Carrero, que se alzaron con la sucesión y el poder en 1969. El asesinato de Carrero en 1973 devolvió el poder fugazmente a los falangistas, que no tuvieron tiempo de desmontar la sucesión porque Franco, decrépito, se arrastró vacilante hasta la muerte.

Mi enhorabuena, en fin, querido Paul. He sido testigo directo de alguno de los acontecimientos que narras, sobre todo los relacionados con Juan III, el padre de nuestro Rey, y también con la Transición y el 23-F. Reflejas de manera precisa lo que ocurrió. En estos momentos de crispación e incertidumbre conviene que los españoles lean tu biografía del Rey y el equilibrio con el que consideras positiva la Monarquía para la vida política española, a pesar de tu ideología republicana.

IRENE SERRANO

'Lorca al vacío' en la Sociedad Cervantina

Querida Irene…

Lorca en la Sociedad Cervantina. Y los cabales del teatro agolpados en la gran sala de exposiciones convertida en escenario, allí mismo donde hace 400 años se imprimió la primera edición del Quijote. Cervantes, que acudía a diario a la imprenta de Juan de la Cuesta, no hubiera fruncido el ceño al contemplar Lorca al vacío, la obra escrita por María Velasco. Llena de aciertos, zarandeada por expresiones lorquianas, con un mensaje nítido sobre el asesinato del poeta, la comedia podría alinearse en un teatro del absurdo modernizado por los hallazgos del siglo XXI.

Jesús Rubio, Fernando Canelón y Merche Montilla acertaron en la escenografía, la iluminación y el vestuario. Excelente la dirección de Sonia Sebastián y ajustada la interpretación con algunos altibajos. Sobresale la vida y la autenticidad que le das a tu personaje. En la vocalización, en el énfasis, en la expresión corporal, en los ademanes, en el movimiento escénico estás magnífica. Por eso te escribo estas líneas, para felicitarte por tu trabajo y por tu éxito que se suma a ese milagro del auge teatral que Madrid está viviendo y que convierte a la capital de España en una de las cinco grandes ciudades culturales del mundo junto a Nueva York, Londres, París y Buenos Aires, con Berlín acechando y Shanghai a punto de entrar en la escena de la gran cultura universal.

Sonia Sebastián se ha convertido en la máxima representación de la dirección teatral joven en España. No era fácil articular Lorca al vacío con sus espacios incomprensibles y sus certeros mensajes. Lo ha conseguido y la Sociedad Cervantina vivió una jornada de excelencia cultural.