Para desentrañar lo que el Gobierno piensa aprobar el próximo 26 de abril en el Programa de Estabilidad 2013-2016 y en el Programa Nacional de Reformas (PNR) hay que releer el discurso de Mariano Rajoy del Debate del Estado de la Nación el 20 de febrero. Ahí está lo que el presidente bautizó como «una segunda generación de reformas... útiles para volver a crecer y crear empleo».
Entre la promesa de que el IVA de las facturas no cobradas no tendrá que ser ingresado a partir de 2014, las medidas contra la morosidad pública y privada (parece un contrasentido hablar de esto cuando el ambiente en la calle es más bien propenso a desconocer las deudas) y la tarifa plana a la Seguridad Social de 50 euros durante seis meses para los menores de 30 años y autónomos, Rajoy deslizó varias medidas que son las que desde el viernes pasado han provocado todo tipo de especulaciones sobre «la estructura fiscal» y que se entendieron como una inminente subida de impuestos.
En concreto, el presidente mencionó un tratamiento muy favorable a las inversiones en I+D+i y la reducción de cuotas a la Seguridad Social para los jóvenes con contratos de formación. También se mencionó la definición de un nuevo contrato temporal llamado «primer empleo joven» con incentivos específicos para transformarse en definitivo. También se creará una nueva figura societaria llamada «emprendedor de responsabilidad limitada», para que los nuevos empresarios que fracasen no pierdan sus bienes esenciales, así como la llamada «segunda oportunidad» para que los ciudadanos puedan disponer de una batería de fórmulas concursales.
La mayoría de estas medidas están ligadas a la tantas veces postergada Ley de Emprendedores, aquella iniciativa que a Rajoy le gustó desde que Fátima Báñez se la presentó unos meses antes de ganar las elecciones. Su gran handicap fue que las estrecheces presupuestarias primero obligaron a aplazarla sine die, pero como en el Gobierno había ganas de hacer algo en esa dirección, se la rebajó a la categoría de plan o iniciativa. La norma es compleja porque afecta a muchos ministerios, así que se ha radicado su redacción en Moncloa. Sin embargo, ha sido Industria el Ministerio que ha recibido la mayoría de las aportaciones del sector privado, como se pudo constatar la semana pasada en un debate celebrado al efecto en la Fundación Rafael del Pino, al que acudió Manuel Valle, director general de Industria y de la Pyme.
El riesgo es que las medidas de la próxima semana sean tibias por culpa de la falta de recursos, y del tira y afloja con Hacienda. La situación del paro es tan extrema que el Gobierno debería armarse de radicalismo y aprobar medidas realmente audaces. Por ejemplo, la creación de una empresa online por 40 euros en 24 horas está muy bien, pero lo que realmente importa es que nada más crear la compañía ya adeudas una cantidad alucinante de impuestos y cotizaciones. Por eso, un crédito fiscal de cinco años para todo emprendedor, o algo parecido, sí sería una medida realmente eficaz.
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