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  • Federico Jimenez Losantos

salonkitty.cat

LA PRODUCTIVIDAD del restaurante-estudio de grabación del PSC La Camarga reivindica la antigua industriosidad catalana. Este centro de espionaje y restauración de José Zaragoza, el Rubalcaba del Llobregat, no espió una vez sino ciento, aunque esa laboriosidad delictiva impidiera la pulcritud del local en todos esos detalles que realmente dan a un establecimiento público categoría y fiabilidad. Por ejemplo, si durante un mes, como mínimo, estuvo grabando el micrófono en el florero, ¿cuándo le quitaban el polvo a las flores, fueran de tela o de plástico? Pero supongamos que los amigos de Zaragoza eran diligentes, las flores eran frescas y las cambiaban a diario. ¿Cuántos miembros del local estaban al tanto de la limpieza y conservación del micrófono indiscreto? Bastantes. ¿Eran todos detectives? ¿Y por qué grabar un mes y no un año? Al parecer, el restaurante del Método Zaragoza era frecuentado por políticos de todas las tendencias, que en Cataluña son dos: nacionalistas y asociados (PPC), porque no creo que Rivera pueda permitirse comer donde almuerza Mas.

Que, con esta salvedad, todos los políticos catalanes creen que han sido espiados como Sánchez Camacho, lo proclamaba ayer en portada La Vanguardia, que tras defender ardorosa y sucesivamente el Tripartito de Montilla y la deriva separatista de Artur Mas, ahora juega a parecer un periódico y hasta da noticias de corrupción y todo. Incluso El Periódico, perito en elusiones y difamaciones, ha dado dos o tres noticias. Y ayer uno de estos diarios que rompen a informar como los bebés a llorar, decía que hay otro local -no otro restaurante- «muy conocido», en el que también se ha grabado a políticos catalanes de todos los partidos. Si es un puticlub con servicios anejos, la cosa promete.

El PP responsabiliza al Rubalcaba de Madrid del espionaje del Rubalcaba catalán. Lógico: cuando el Faisán moraba en Interior -ahora sólo manda- presumía de saberlo «todo de todos». Pero espiar intimidades es propio de los despotismos. Su modelo es el famoso Salón Kitty, donde bellas nazis lograban información íntimísima para el III Reich, por ejemplo, sobre la cúpula homosexual de las SA, que acabó en el asesinato de Röhm y sus chicos. Todavía veremos a discípulos del Marqués de Sade pidiendo al servicio de habitaciones Aromas de Montserrat.

>Vea el videoblog de Carlos Cuesta La escopeta nacional. Hoy: De micro a micro y tiro porque me toca.