LOS ESTADOS UNIDOS son una idea y «redistribuir la riqueza es un concepto foráneo». Lo ha dicho Mitt Romney en una conversación grabada y difundida fraudulentamente, en una demostración más, que a nadie puede sorprender, de que la izquierda mediática americana es igual de mezquina que cualquier otra izquierda. Los comentaristas socialdemócratas, en la permanente exhibición de su zafiedad sin límites, han acusado a Romney de haber metido la pata en lugar de subrayar que nuestros peores enemigos son los que no respetan ni la vida de los otros ni la propiedad privada.
Pero en cualquier caso, el candidato republicano tiene toda la razón: los Estados Unidos son los líderes del mundo libre y la primera potencia mundial bajo la premisa de que la riqueza no se redistribuye, sino que se crea con talento, buenas ideas y muchísimo esfuerzo. Obama ha traicionado con su intervencionismo los valores americanos más esenciales, y ha rebajado con populismo el nivel de exigencia y la ambición de su pueblo. No está bien escuchar las conversaciones privadas de los demás, ni mucho menos grabarlas y difundirlas, pero más allá de esta enfermiza obsesión que ha tenido siempre la izquierda por espiarnos, resulta enormemente satisfactorio escuchar la verdad, perfecta y escuetamente pronunciada: «Los votantes de Obama se sienten víctimas, creen que el Gobierno tiene la responsabilidad de cuidar de ellos y que tienen derecho a una atención sanitaria, a comida, a vivienda, a cualquier cosa. Nunca les convenceré de que deben asumir su responsabilidad y cuidar de sus vidas». Nunca, nunca les convenceremos: ésta es exactamente la desolación cívica y moral que la izquierda genera con sus políticas nefastas allí donde gobierna.
La subvención puede parecer un camino más breve y seguro pero el dinero de los demás al final siempre se acaba y vivir sin la presión de tener que generar un beneficio concreto para poder cobrar acaba reblandeciéndonos el alma y degradándonos la tensión espiritual. Nuestro trabajo es nuestra última medida de honor y hacer las cosas bien es lo que justifica y da sentido a nuestra existencia. Los Estados Unidos son la mejor idea que ha tenido la Humanidad y delatar a comunistas fue y siempre será una higiene fundamental. Nadie dijo que fuera fácil ni cómoda la libertad.