Conferencia / Tecno-terrores del siglo XXI

Bruckner y Espada diseccionan el pesimismo

Arcadi Espada y Pascal Bruckner, ayer en Madrid. / SERGIO GONZÁLEZ

Para combatir el influjo y el eco de cierta frase popular, la Universidad Internacional Valenciana y el Grupo IMF Formación, reunió ayer en el hotel Palace a dos personas optimistas muy bien informadas. El ciclo de conferencias Por qué nuestros hijos vivirán mejor que nosotros contó con la ponencia del filósofo francés Pascal Bruckner y, después, la del columnista de EL MUNDO Arcadi Espada. El autor de La tentación de la inocencia habló sobre los terrores ecológico-apocalípticos en relación al progreso tecnológico derivados en parte del pensamiento de Hans Jonas. Por su parte, el periodista español se centro en posturas de determinados críticos radicales de Internet. Los nihilismos del siglo XXI, en fin.

Explicó Bruckner: «Después de la caída de la URSS se ha apartado la noción de verdadero progreso y de tiempo histórico. Se ha difundido una teoría catastrofista. En el documental de Al Gore, Una verdad incómoda, se decía que si no cambiamos rotundamente nuestro modo de gestionarnos, en 10 años el mundo va a desaparecer. Pero estas exageraciones generan una influencia negativa. Una sensación de crisis, de miedo. Hoy se tiende a ver la civilización como el barco del Titanic, que partió tan orgulloso. Y el iceberg es la revuelta de la naturaleza. Pero al final, estos planteamientos producen la respuesta: bueno, si el mundo va a hundirse de todos modos, '¿para qué hacer nada?'». «Ya no hay una visión de progreso. Es contradictorio que enseñemos a los niños, durante su educación, a dejar de tener miedo, cuando actualmente se respira este clima social de miedo sin un objetivo claro aparente», añadió.

Espada, habló también de una «definitiva trompeta del Apocalipsis», a cuenta de algunos críticos recientes de la Red: Evgeny Morozov, Nicholas Carr y Mario Vargas Llosa (por La civilización del espectáculo). «Se maneja, en muchas ocasiones, una distinción entre información (aquello que aporta Internet) y sabiduría, como si fueran dos términos antitéticos. Los críticos, sostienen que esta abundancia informativa atenta contra lo que debería ser el puesto del hombre en el mundo. Esto puede ser rebatido por varios motivos. La información resuelve el problema de la traducción automática. Google investigó de una manera seria en este tema y practicó un método que se ha revelado efectivo, volcando millones de textos bilingües. Esto no permite traducir correctamente a Proust, pero en la Guerra de Irak fue un sistema que ayudó a salvar o, también es cierto, acabar con multitud de vidas humanas. Por otro lado, no creo que haya relación entre la basura informativa y la abundancia informativa. Internet puede servir al mal, sí, pero como cualquier otro instrumento del ser humano».

«Es como si la madre patria reclamase de manera incesante una preocupación», apuntó Bruckner. «Como si el hombre hubiera pecado demasiado. En 2012 estamos viviendo una nueva Edad Media tecnológica».