Ese espíritu que insta a pelear hasta el final sin rendirse nunca

Don Quijote también se llamaba Alonso y sus valores perviven entre nosotros

ALONSO Quijano es, desde hace cinco siglos, el español más universal. En feliz coincidencia con el nombre del hidalgo cervantino, Alonso se apellidan los dos deportistas españoles que han asombrado al mundo este fin de semana. Los dos goles de Xabi Alonso ante Francia, que sitúan a España en semifinales de la Eurocopa, y la prodigiosa victoria de Fernando Alonso en Valencia, después de salir el undécimo, son la mejor prueba de que no existen hazañas imposibles. Ambos campeones encarnan el quijotismo español en la mejor de las acepciones: la que ordena pelear hasta el final, no rendirse ante las dificultades ni dar ninguna batalla por perdida. Ellos, como Rafa Nadal, la selección de baloncesto y tantos otros, son todo un ejemplo de orgullo y superación, precisamente en un momento en el que los ciudadanos pueden llegar a pensar que no podremos salir del pozo. Uilizando la letra del musical El hombre de La Mancha, la selección está a un paso de «llegar, donde nadie ha llegado»: campeona del Mundo y dos veces consecutivas de Europa. «Soñar lo imposible», como han hecho nuestros deportistas, debe ser el espíritu de todo el país.