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  • Antonio Gala

Benjamin Netanyahu

DE CASTA le viene al galgo ser rabilargo. Su padre, muerto hace poco con 102 años le enseñó más de lo que sabe. Que «Israel debe confiar sólo en él mismo para defenderse»; que no se canjean un millón de presos palestinos por un único israelí; que no aprueba el Estado israelí la creación conjunta de otro palestino. Benzion Netanyahu era un experto en Historia y especializado en tragedias. Hasta la última: «De Irán se escucha la amenaza de quien pondría fin al movimiento sionista». Conoce a la perfección la expulsión española, la actitud de los marranos, la de los clérigos extremistas y vagos y envidiosos, que jamás creyeron en la sinceridad de los conversos. La Inquisición precedió a los campos germánicos. «Las universidades israelíes de izquierda no le dieron el reconocimiento merecido», dijo su hijo en el funeral. Quizá aquí, en España, nunca hubo una persecución por razones religiosas, sino por un odio acumulado, más en las clases populares, durante largo tiempo. Tiene razón el pueblo judío; pero da razones en su contra a todos los demás.