El ministro acusa a la mujer de Alcaraz de 'buscar venganza'

Jorge Fernández pierde los nervios y rehúsa retirar su plan para etarras

El ministro del Interior, Jorge Fernández, mantuvo ayer tres reuniones con víctimas del terrorismo para explicarles su nuevo plan de reinserción. Y en una de ellas perdió los nervios y acusó a Mamen Álvarez, mujer del presidente de Voces contra el Terrorismo, José Alcaraz, de «buscar venganza». El ministro, que después le pidió disculpas, rehusó retirar su plan.

Las víctimas exigieron ayer al Gobierno la retirada de su Plan de Reinserción Integral de presos terroristas. Pero se encontraron con un rotundo no. Tuvo que ser el propio ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, quien se reuniera con las asociaciones de víctimas del terrorismo. El malestar que existía entre ellas tras conocer por los medios de comunicación los nuevos planes del Ejecutivo respecto a los presos de ETA era enorme.

Pero las reuniones de Fernández no lograron calmar el temporal. Las espadas siguen en alto porque las víctimas se han sentido y se siguen sintiendo «traicionadas».

En uno de los tres encuentros que el ministro mantuvo con las víctimas del terrorismo perdió incluso los nervios. Fue cuando trataba de justificar por «razones humanitarias» algunas de las decisiones adoptadas con los presos de ETA. A lo que Mamen Álvarez, portavoz de Voces contra el Terrorismo, le recordó la «humanidad» que tuvo ETA con sus víctimas. Álvarez es la mujer de Francisco José Alcaraz, presidente de Voces contra el Terrorismo, que perdió a sus dos sobrinas y su cuñado en el atentado contra la casa cuartel de la Guardia Civil en Zaragoza.

En ese momento, el ministro acusó a Álvarez de buscar «venganza». A lo que, en un tenso diálogo, la representante de las víctimas le dijo que lo que reclama es «justicia». Al finalizar el encuentro, Fernández Díaz, le pidió disculpas al entender que no había estado acertado en sus apreciaciones. Álvarez le trasladó también un mensaje de Encarnación Carrillo, viuda de Manuel Indiano, concejal del PP asesinado por ETA. Le dijo que había recaído en su depresión tras conocer las intenciones del Gobierno de reorientar su política penitenciaria. Carrillo le pidió que trasladara el mensaje al presidente Rajoy.

La tensión fue enorme. En este grupo estaba, además, la representante de Foro Ermua Inma García de Cortázar, que se mostró también muy dura con la nueva línea de Interior en política penitenciaria, y que aseguró que el plan refuerza esa «gran victoria de ETA».

Tras conocerse el nuevo plan que elude la petición de perdón a las víctimas para comenzar a acceder al proceso encaminado a la reinserción, éstas levantaron la voz con rotundidad. Hablaron de «amnistía encubierta», de «impunidad», de «traición». Interior les convocó a una reunión urgente para el mismo día en que se conoció el plan, el pasado jueves, pero tuvo que ser aplazada hasta ayer. Hubo debate entre las principales asociaciones sobre si acudir a la cita o hacer un plante al ministro. Entendían que Interior no había jugado limpio con ellas.

Ayer, le pidieron la retirada del plan, a lo que el ministro se negó en redondo; le reclamaron que recupere la exigencia de pedir perdón a las víctimas para acercar a los etarras a prisiones del País Vasco, pero de nuevo se encontraron con la negativa del ministro. Fernández Díaz insistió en que el Gobierno no está negociando con ETA, que este plan no significa una modificación de la política penitenciaria y que los presos, para ser reinsertados, deberán cumplir con todos los requisitos de la ley.

Y hubo quien, parafraseando al ex ministro del Interior Jaime Mayor Oreja, le preguntó que, si no se cambia nada, para qué se pone en marcha «un nuevo plan». El ministro enmarcó estas medidas en una batería de actuaciones encaminadas a tratar de romper las estructuras de la banda. De hecho, según Interior, esta iniciativa pretende llevar «al sendero de la ruptura con ETA» a esa veintena de etarras que se encuentra en las prisiones de Zuera (Zaragoza) y Villabona (Asturias), consideradas los laboratorios de Instituciones Penitenciarias. Esos presos no terminaban de dar el paso para acogerse a la vía Nanclares, pero habían mostrado síntomas de alejamiento. Con este plan se trata de empujarles del todo a dar el paso. En este grupo están algunos de los etarras más destacados, como Pakito o Santi Potros.

Fernández se reunió en solitario con la presidenta de la AVT, Ángeles Pedraza, quien aseguró sentirse «traicionada y engañada». «Me temo que ese requisito [la petición de perdón] no va a estar», reconoció. «Antes no estábamos de acuerdo con la vía Nanclares y no estamos de acuerdo ahora con el plan integral», indicó Pedraza, que teme un acercamiento «masivo» de presos.