El frente de resistencia inmigrante

Casi medio millón de extranjeros se marchó de España durante 2011 / Tres mujeres emprendedoras que fundaron sus empresas en plena crisis explican por qué se quedan

Los inmigrantes son el colectivo al que más daño está haciendo la crisis. Sin la posibilidad de encontrar trabajo, agotadas ya las prestaciones por desempleo y con asfixiantes hipotecas que no pueden pagar, se ven abocados a interrumpir su sueño español y regresar a sus países de origen sin ahorros ni esperanzas.

No lo tienen nada fácil. Eurostat ha advertido de que España es el país de la UE con más extranjeros en paro. Su tasa de desempleo llega hasta el 34%, más de 14 puntos superior a la de las personas con nacionalidad española. Por otro lado, el grifo de las ayudas públicas se ha cerrado. El pasado viernes, el Gobierno suprimió de los Presupuestos para 2012 los 67 millones que daba a las comunidades autónomas para la integración, acogida y refuerzo educativo de los inmigrantes.

Así que, aunque ya llevan años residiendo en nuestro país, muchos optan por regresar. Sólo el año pasado, 445.130 extranjeros huyeron de España, lo que provocó que, por primera vez en la historia de la estadística española, se registrara un saldo migratorio negativo, al ser mayor el número de personas que se marcharon que el de las que llegaron (417.523 inmigrantes). Desde que comenzó la crisis, alrededor de 25.000 extranjeros han regresado a casa ayudados por los distintos planes de retorno del Gobierno.

Pero la realidad es que la gran mayoría no quiere marcharse. El grueso de los 5,7 millones de extranjeros empadronados en España (el 12% del total de la población) se resiste a hacer las maletas. De hecho, las remesas monetarias que envían a sus países cerraron 2011 con su primer incremento anual desde 2008. Y los emprendedores extranjeros centran una de cada dos nuevas altas de autónomos.

¿Por qué no quieren irse? Tres empresarias inmigrantes que montaron sus propios negocios en plena crisis explican que, además de que tienen sus familias, su red social y su vida organizadas aquí y no lo quieren cambiar, esta mala situación económica por la que pasamos les permite desarrollar nuevas ideas y poner en marcha nuevos negocios. Sostienen que «en un mundo donde todo cierra, hay más posibilidades para la persona que abre algo».

Ellas, que vienen de lugares «que están en permanente crisis», se mueven como pez en el agua dentro de la incertidumbre. Están convencidas de que éste es un momento único para las emprendedoras. Luchan, junto a los españoles, para que el país remonte con el apoyo de todos.