El presidente del Gobierno Mariano Rajoy, y el de Bankia, Rodrigo Rato, el pasado martes en un debate organizado por la entidad. / EFE
Se acerca la Hora H de las fusiones en el sector financiero español con Bankia, el grupo procedente de la fusión de Caja Madrid y Bancaja, en primera línea del punto de mira. El Gobierno considera que Bankia tendrá que plantear una operación de fusión ambiciosa que mejore y asegure su solvencia y viabilidad futura. «No va a poder seguir en solitario, tendrá que hacer una operación», afirmaron a este diario fuentes gubernamentales. El calendario es casi inmediato. El presidente de Bankia, Rodrigo Rato, deberá presentar a final de mes, junto al resto del sector, un plan de cómo prevé cumplir las nuevas condiciones de saneamiento. Si el Banco de España y el Gobierno lo declaran inviable por su alta exposición al sector inmobiliario, Rato deberá plantear una fusión creíble antes de final de mayo.
«No hay que descartar aún la integración con La Caixa», aseguran en el Gobierno. El presidente de la caja catalana, Isidro Fainé, y Rato mantuvieron conversaciones a finales del pasado año, pero el presidente de Bankia dio finalmente marcha atrás. En La Caixa mantienen la puerta abierta, pero en el entorno de Rato ven esta operación, que forjaría la primera entidad del país, como descartada. Dependerá ahora de la presión que ejerza el Gobierno. Incluso podría suceder que si Rato no hace la operación ahora, se viera obligado después del verano a hacerla si persiste la crisis financiera.
El ministro de Economía, Luis de Guindos, fue colaborador de Rato en el anterior Gobierno de José María Aznar, pero está mostrando independencia de su ex jefe en la aplicación del Real Decreto. De hecho, los inversores van a juzgar la reforma De Guindos en función de Bankia y Moncloa están mostrando respaldo a la línea del ministro.
El propio presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, rozó decírselo en persona y en público al propio Rato. «El sector financiero debe ajustar su capacidad y adaptarse al entorno competitivo internacional. Las entidades podrán prolongar el ajuste en caso de que acometan procesos de integración viables (...) queremos que las entidades españolas sean fuertes, solventes y creíbles para que vuelvan a financiar proyectos viables e innovadores», proclamó Rajoy en el Encuentro Financiero organizado por su ex compañero de Gobierno el pasado martes.
«Querido Rodrigo, entre otras consecuencias positivas de todas estas reformas, yo confío en que la próxima vez que Bankia tenga la amabilidad de invitarme sea para decirles a todos ustedes que el sistema financiero está jugando ya, o incluso ha jugado ya, un papel capital en la recuperación de la economía española». Ese «papel capital» es, a ojos del Gobierno, revitalizar la concesión de crédito, lo que puede implicar que Bankia se fusione. Rato se mantiene en contra de la absorción de su banco. Dijo que Bankia «ha realizado entre el 20 y el 25% del ajuste del sector con un ambicioso plan de integración» que «no tiene parangón entre nuestros competidores».
Por su parte, el PSOE ve con lupa todos estos movimientos que alterarán el poder financiero en España. «Vamos a hacer un seguimiento implacable. Las fusiones deben hacerse de forma transparente y traducirse en mayor concesión de crédito». declaró a este diario la secretaria de Economía del PSOE, Inmaculada Rodríguez Piñero. «Vamos a pedir la comparecencia del gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez», afirmó. La idea es preguntarle ya por la primera operación del nuevo Gobierno, la venta del grupo de cajas catalanas Unnim a BBVA. Rodríguez Piñero declinó por otra parte comentar su reunión con el presidente de Unicaja, Braulio Medel. Éste se ha quejado al PSOE de que De Guindos le ha cambiado las reglas en plena negociación de fusión con Caja España-Duero. El Gobierno le ha instado a cerrar esta semana la operación.