Los chinos mandan ya en el sector del comercio

Controlan más del 50% de las tiendas de Madrid y Barcelona

El polígono Cobo Calleja (Madrid) es uno de los mayores centros de distribucióm de productos asiáticos. / GONZALO ARROYO

Tiendas de todo a un euro, de alimentación y bebidas, de ropa y complementos, zapaterías, fruterías, ferreterías, peluquerías... Los chinos están liderando la apertura de nuevos comercios en España, ajenos a la crisis económica y la crisis de consumo mientras muchos de los establecimientos tradicionales españoles se ven obligados a cerrar. El avance de estos establecimientos ha sido de tal calibre, que estos suponen ya el 60% del total del comercio tradicional en Madrid, asegura José Luis García Fuentes, director general de Nielsen para España y Portugal, compañía líder en medición del sector de la distribución y el comercio.

En otras palabras, los establecimientos regentados por asiáticos residentes en nuestro país ya son mayoría en la capital de España y están a punto de serlo en Barcelona, donde controlan el 50% del pequeño comercio, según los datos manejados por Nielsen.

«Los comercios chinos se han hecho fuertes en las grandes ciudades españolas», añade García Fuentes. Así, en Valencia, los establecimientos regentados por asiáticos suponen ya el 30% del total de tiendas tradicionales.

Buena muestra del poder y liderazgo de los comercios chinos quedó patente el pasado 28 de noviembre en Madrid, cuando por primera vez en España, este colectivo realizó una manifestación frente al Ayuntamiento de la capital para reclamar al Ayuntamiento la concesión de la llamada segunda licencia, que permite a las tiendas de alimentación la venta de vino y cerveza.

«Donde un establecimiento tradicional, con años de experiencia fracasa y cierra por la crisis económica, en muchas ocasiones abre un chino y monta un negocio próspero», aseguran en la Confederación Española del Comercio (CEC).

Los asiáticos han pasado a controlar buena parte de las tradicionales tiendas de comestibles de España, establecimientos que con estos nuevos propietarios han ampliado su oferta a los más variados productos, que van desde cigarrillos hasta paraguas o camisetas.

Los residentes en España de la primera economía asiática también se están haciendo fuertes en el sector textil, con tiendas de ropa, zapatos y complementos a bajos precios, capaces de hacer frente a la crisis y el desplome del consumo. También han comenzado a regentar bares españoles, donde se sirve desde una tortilla de patata hasta un carajillo.

El secreto de la supervivencia de estos comercios es poner precios competitivos y abrir 10, 12, 18 y 20 horas y todos los días de la semana. Así, en Madrid o Barcelona es posible cortarse el pelo un domingo a las 10 de la noche o comprar en una frutería a las 12 de la noche.

Los pequeños comercios españoles critican la falta de control sobre los establecimientos chinos, incluso existe la leyenda de que apenas pagan impuestos. «Algo totalmente incierto», según afirma el sindicato de Técnicos de Hacienda, que asegura que los empresarios chinos pagan los mismos impuestos que los emprendedores españoles.

Sin embargo, cuánto facturan los comercios chinos y qué parte del pastel del consumo se llevan es una incógnita. «No conseguimos que nos den un sólo dato sobre la marcha de su actividad. No sabemos ni cuánto venden ni como están capeando la crisis de consumo», aseguró el director general de Nielsen, el 19 de enero en un desayuno conjunto realizado con Avanza.

En los tres últimos años, han desaparecido más de 90.000 comercios por el desplome del consumo, la mayoría de estas bajas -unas 50.000- corresponden a negocios pequeños.

Pero la crisis de consumo también ha pasado factura a grandes cadenas de distribución.

«Cada día en España cierran 100 tiendas. Esta crisis se va a llevar por delante buena parte del tejido comercial español», ha clamado en reiteradas ocasiones Lorenzo Amor, presidente de ATA.