ECONOMISTAS

PARA LA

RECONSTRUCCIÓN

Rafael Doménech

«Discutir ahora cambios en la reforma laboral no ayuda en absoluto»

Rafael Doménech (Sao Paulo, 1962) es una de las voces económicas más autorizadas y reconocidas de España y, por lo tanto, opinión imprescindible en la serie Economistas para la reconstrucción que hoy inicia EL MUNDO y que trata de aportar soluciones, ideas, críticas y, también, esperanza ante una de las crisis más graves e inciertas de la historia.

Pregunta.–¿Qué es lo que más teme, lo que más le preocupa de esta crisis económica?

Respuesta.–La principal preocupación son los efectos sobre el empleo, los salarios, la renta per cápita, equidad… El bienestar social, en definitiva. Y también, que esta crisis ocurre cuando no nos habíamos recuperado por completo de la anterior.

P.–¿Qué cambios va a provocar sobre la economía, cómo va a ser la economía post-Covid?

R.–El proceso de transformación digital se va a intensificar y va a afectar a la forma en la que trabajamos. Por ejemplo, con una mayor relevancia del teletrabajo. También la forma en la que consumimos, y le vamos a dar más importancia a la seguridad sanitaria. Gastaremos más en salud, prevención de riesgos… Habrá cambios en la forma en la que entendemos la globalización, le daremos más importancia al abastecimiento ante una nueva posible pandemia. Tenemos que aprender lo que países del sudeste asiático aprendieron con el SARS de 2003, sacaron unas lecciones que les ha permitido capear mejor la crisis sanitaria y económica.

P.–Al acabar este año España habrá registrado en un década cuatro ejercicios de contracción y seis de crecimiento. Entre 1982 y 2009 sólo decreció un año. ¿Van a ser más habituales estas situaciones en el futuro, con más periodos de crisis?

R.–No es inevitable. Hay posiciones más pesimistas, que nos dicen que la tendencia de crecimiento que vimos en el siglo XX no se va a repetir en el XXI, pero también hay otras mucho más optimistas que apuntan a que esto no tiene por qué ocurrir y que todavía no hemos visto todo el potencial que tienen las nuevas tecnologías digitales, los avances que se pueden hacer en biotecnología, medicina, en mejora de condiciones de trabajo, salarios, mejoras de la esperanza de vida… Lo importante es aprovechar esas oportunidades.

P.–Lo que sí ha provocado esos años de recesión es que exista una generación importante de trabajadores jóvenes que han vivido principalmente contextos adversos. ¿Qué le espera a esta generación?

R.–Es evidente que el mundo es más incierto ahora. Estamos más sometidos a las tendencias globales y lo crucial va a ser formarse en todas aquellas habilidades y capacidades que ya demanda el mundo antes del Covid y que ahora se acentúan. Aquellos países que han llegado a esta crisis liderando la automatización, robotización y la economía digital, son países que tienen tasas de desempleo muy bajas. Tenemos que acercarnos a esos países.

P.–¿Son necesarias medidas para los jóvenes como las hipotecas ICO que propone la presidenta del Banco Santander, Ana Botín?

R.–Yo soy más defensor de medidas transversales. La edad no puede ser un límite para recibir o dejar de recibir una ayuda, las ayudas las tiene que recibir quien verdaderamente la necesita. A los jóvenes con lo que realmente hay que ayudarles es con igualdad de oportunidades y con mercados de trabajo que funcionen bien. Que sean los más productivos posibles para acceder a los mayores salarios, y cuando eso ocurre no necesitan ayudas adicionales para el acceso a la vivienda.

P.–Habla de mercados de trabajo que funcionen bien. ¿Es el momento de derogar total e inmediatamente la reforma laboral?

R.–La reforma de 2012 y todas las medidas que arroparon esa reforma explican en buena parte la recuperación tan intensa del empleo. Llegamos a estar por encima del 27% de paro y cayó hasta el 13,7%. La reforma de 2012 y las medidas de flexibilización apostaron por que el ajuste, que siempre se había producido en España a través de destrucción de empleo, se hiciera a través de reducciones de jornada o de los ERTE. Los ERTE hemos visto ahora que han sido un éxito y sólo por eso no es el momento. Pero hay otra reflexión igualmente importante: esta crisis genera muchas incertidumbres sobre el mundo post-Covid y lo mejor que pueden hacer los Gobiernos es generar certidumbres. Sacar ahora a discusión cambios que ponen en cuestión todos los avances que se han producido en el mercado de trabajo en los últimos años genera una incertidumbre que ayuda muy poco a la creación de empleo que ahora se necesita. No ayuda en absoluto.

P.–Esto se produce además en la misma semana en la que el gobernador del Banco de España acudió al Congreso para pedir grandes acuerdos políticos, lo que no parece encajar precisamente con lo ocurrido...

R.–Los consensos son necesarios, sin duda, y ayudarían mucho a generar esas certidumbres. Pero no sólo entre los partidos políticos, también con los agentes sociales, los sectores productivos y las empresas, que son los que van a tener que ponerse manos a la obra en la recuperación. Ante una crisis tan grave y profunda, lo que la sociedad reclama son acuerdos. A todos los niveles.

P.–¿Qué va a ocurrir? ¿Necesitará España un rescate?

R.–Con las previsiones que manejamos, no. Las medidas que ya ha anunciado el BCE serían suficientes para cubrir las necesidades de financiación de 2020, que debería ser lo peor de la crisis económica. Pero por mucho que estas medidas nos ayuden, esto no será suficiente por sí sólo sin el acierto de las políticas económicas que desarrollemos en España. Con las políticas adecuadas no necesitaremos el rescate pero es muy importante acertar.

Rafael Doménech Doctor en Economía por la Universidad de Valencia Responsable de Análisis Económico de BBVA Research, uno de los servicios de estudios de referencia de España Tan mesurado en sus opiniones como certero en los diagnósticos