ANTONIO GARAMENDI

«Pido mesura a Sánchez y a Casado»

Presidente de la CEOE. Alerta sobre los perjuicios a la economía del programa del nuevo Gobierno, pero confía en que Podemos se modere y desvela que Sánchez le ha trasladado que los empresarios «no se preocupen». Asegura que va a colaborar con el nuevo Ejecutivo con «independencia, lealtad institucional y sentido de Estado».

El presidente de la patronal CEOE, Antonio Garamendi (Getxo, 1958), admite que le ha correspondido representar a los empresarios en una etapa difícil, pero se ve con fuerzas. «Es lo que me ha tocado y es un honor».

Pregunta.- ¿Qué le parece el nuevo Gobierno?

Respuesta.- Es un gobierno legítimo al que deseamos lo mejor porque será lo mejor para España y para los españoles. La CEOE va a colaborar con independencia, lealtad institucional y sentido de Estado. Cuando hablamos no lo hacemos por fastidiar ni por una posición partidista: mi obligación es defender a los empresarios y a los autónomos.

P.- ¿Y le parece operativo?

R.- El movimiento se demuestra andando. Es el primer gobierno de coalición y es lo que hay. Hay bastantes más ministerios y hay que ver qué competencias van a tener. No me quiero fijar en lo que se dijo en campaña electoral, sino en cómo gestionan el día a día. Vamos a ver al final qué va a hacer o qué puede hacer el Gobierno de todo lo que dice.

P.- Usted decía que había que evitar extremos. ¿Espera que Podemos se modere?

R.- Ahora, al asumir responsabilidad van a tener que pensar o gestionar de otra manera. La realidad es la que es. Todos tenemos ideales, también los empresarios, pero luego hay que gestionar la realidad. En economía dos y dos son cuatro. Por eso, hay que darles margen y ver cómo funcionan.

P.- ¿Ve posible que haya coordinación en el nuevo Gobierno?

R.- Tienen que amalgamar el Gobierno. Es bueno que exista una vicepresidencia económica y hay que tener presente Europa. Nadia Calviño está cualificada, pero me interesa que no sólo le den un cargo y la potestad, sino también autoridad. Hay que coordinar el área económica.

P.- Usted habla tanto con Pedro Sánchez como con Pablo Casado. ¿Ve posible rebajar la crispación entre ellos para grandes pactos?

R.- Espero que sea así. La política tiene que dejar de estar en la mercadotecnia. Unos y otros miran lo que es mejor para su partido pero hay una nueva legislatura y cada uno tiene su obligación institucional. Yo les pido a uno y a otro mesura y responsabilidad. Quiero un Gobierno que trabaje para todos los españoles y una oposición que trabaje también para todos los españoles. Hay muchos problemas que son de todos: las pensiones, la inmigración, y que si sólo lo toma el Gobierno sin acuerdo de la oposición valdría para sólo unos años.

P.- ¿Y Sánchez qué le dice de la política económica?

R.- El presidente Sánchez nos han transmitido que no nos preocupemos, que él tiene presente lo que es Europa y vamos a ver. Nosotros planteamos que todo pase por el diálogo social.

P.- Si el Gobierno aplica su programa, ¿se irá el déficit y dañará la creación de empleo?

R.- Sí, y ya dijimos en un comunicado que hay una serie de medidas más cerca del populismo que de la ortodoxia económica, que incidirán de forma muy negativa en la creación de empleo y desincentivarán cualquier posibilidad de inversión en España. Por eso, vamos a ver si lo que hay son papeles y proyectos que se concretan. Rajoy decía que las promesas electorales están para no cumplirlas, si son negativas para el país. Habrá que ver las competencias de todos.

P.- Sánchez dice a la vez que es la legislatura del diálogo social pero que va a derogar partes de la reforma laboral sí o sí...

R.- Y nosotros decimos que no hagan tantos anuncios y que los lleven a la mesa del diálogo social para hablarlos. Dicen que van a derogar la reforma laboral, pero eso no se puede, y luego que sólo derogarán los aspectos más lesivos, pero hay que sentarse a hablar a ver cuáles son y nosotros estamos dispuestos a hablar. No coincidimos con el líder de UGT, que dice que se deroguen primero y luego nos sentamos. No, hombre, no. Además, algunos que critican la reforma laboral, la han utilizado en sus organizaciones.

P.- ¿A quién se refiere?

R.- Prefiero no entrar en eso.

P.- ¿Le llaman para negociar?

R.-. La ministra de Trabajo y el de Seguridad Social ya nos han llamado para que nos sentemos.

P.- ¿Qué aspectos de la reforma laboral se pueden cambiar?

R.- Estamos dispuestos a hablar de que algunas empresas han abusado de la subcontratación, pero sólo algunas, y hay fórmulas que se pueden gestionar. En general, no vale que los empresarios seamos los malos y los demás los buenos. Hay que ver cómo funciona el mercado, cómo está el país y su diversidad. Si a la empresa se le cambia una norma laboral y se complica una norma laboral, igual no contrata a nadie, esto es así.

P.- ¿Y la norma que permite despedir si se acumulan bajas?

R.- Lo trataremos en la mesa, pero no se está diciendo que las enfermedades graves están excluidas y que los primeros 15 días de baja los pagan las empresas, especialmente las pymes. Y, sobre todo, nunca en CEOE hemos oído ni a los sindicatos ni al Gobierno ni a ningún partido reclamar este tema después de 40 años. La posibilidad de despedir por ausencias reiteradas al trabajo está en el Estatuto de los Trabajadores desde su redacción original en 1980. La reforma de 2012 estableció una mayor garantía para el trabajador, pero resulta que lo que hacen es una bandera contra la reforma laboral. La propia ministra de Trabajo habla de esto, pero si hubiera sido tan brutal se habría reivindicado antes. A mí me gustaría hablar del fraude en el absentismo en el diálogo social, que perjudica a empresas y a los demás trabajadores, pero de eso parece que no quieren hablar.

P.- ¿Acepta subir el Salario Mínimo Interprofesional (SMI)?

R.- Estamos dispuestos a hablar de lo que quieran, pero la última subida del SMI que se hizo por decreto ha hecho un daño importante a la España vaciada y a las que no son comunidades ricas. Y no vale que las administraciones no aceptan subir el precio de los contratos aunque sus proveedores tengan que subir el SMI a los trabajadores. Hay que evaluar todo esto.

P.- ¿Subirlo a 1.000 euros perjudicaría a los trabajadores más débiles de las comunidades más pobres?

R.- Sí, y no sólo eso. Generaría un problema gravísimo en toda la negociación colectiva en España. Si se coloca el SMI en 1.000 euros, se desliza ahora hacia arriba el resto de salarios. No ayudaría a crear empleo.

P.- ¿Y si no llegan a un acuerdo?

R.- La obligación del Gobierno es legislar, pero es clarísimo que va a haber un termómetro: el empleo y la confianza.

P.- El Gobierno insiste en que se pagan pocos impuestos...

R.- Hay un mantra de que hay una presión fiscal menor que en Europa y, si se divide lo que pagamos en impuestos entre el número de españoles, es verdad. Pero no nos cuentan que en Europa la economía sumergida es del 13% y en España ronda el 24%. Si se incluye, no hay menor presión fiscal. En segundo lugar, la presión fiscal empresarial, sumando impuestos y cotizaciones, se sitúa en el 10,5% del PIB, frente a la media de la UE del 9,3%.

P.- ¿Le tranquiliza que el PNV tenga un cierto derecho de veto?

R.- El PNV entiende muchas de las tesis de CEOE, pero no sabemos si podrá poner vetos.

P.- ¿Comparte la posición de la patronal catalana sobre que por fin Sánchez reconoce que hay «un conflicto político en Cataluña»?

R.- Es la opinión de la patronal catalana.

P.- ¿Le preocupa que el nuevo Gobierno dependa de los independentistas?

R.- Todo debe estar dentro de la ley y la Constitución. Tenemos un país que se llama España que es de los españoles.