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  • Manuel Jabois

UNPLUGGED

ESTABA ASÍ CUANDO LLEGUÉ

Hay una lógica interna en que la ‘doctrina Botín’ lleve el nombre de un gran banquero español por causas distinguidas

Valoración del Gobierno en el primer día sin crisis: «Poca participación»

«El dinero no era mío», dice el inmigrante que devolvió 3.150 euros. Yo no estaría tan seguro

VIERNES ENTREVISTA

—Esta semana han salido etarras de la cárcel, estará usted de enhorabuena.

—Lo estoy, naturalmente, como siempre que se aplica el Estado de Derecho. ¿Usted prefiere vivir en Cuba o qué?

—A ver, que me está liando.

SÁBADO LAS ALTAS PRESIONES

Las altas presiones, la película de Ángel Santos Touza que se estrenó en Madrid, enseña a un tipo desapasionado que rechaza algunos proyectos y anda por ahí con poco qué hacer, echando la boca a destiempo. Es una película triste y solitaria, gallega sólo en la superficie, o sea los hombres. Valéry decía aquello de que lo más profundo del ser humano era la superficie, y yo creo que hoy en día son tales los grados de intensidad de tanta gente, de la que conocemos hasta los gustos en calzado, que lo conveniente es profundizar en ella hasta llegar al principio, cuando una cara era una cara, no un mapa sentimental. Las altas presiones es una película sencilla y muy bien rodada, tan profunda que llega a ser superficial. No hay ningún protagonista ingenioso, ninguna belleza, ningún valiente. Relaja saber que el mundo tiene maneras mucho más íntimas de acabarse.

MMM

Al acabar la película conocimos a Andrés Gertrudix, el actor que convierte milagrosamente a Miguel, el protagonista, en un trozo desprendido de hielo, una de esas especies de las que me enamoraba antes cuando las detectaba en mujeres rubias: broken wing, alguien irrecuperable ya por el desencanto, la locura o el aburrimiento. Yo le dije a Gertrudix que se me parecía físicamente a Ray Loriga y Antonio Lucas me dijo que había rodado con Ray Loriga. Lucas siempre es un poco más listo que yo. Yo no tenía ni idea, pero Gertrudix rodó hace muchos años La pistola de mi hermano, de Ray Loriga. Los dos son del Atleti. Tengo que entrevistarme con Ray.

MMM

«Odiaba casi todo lo que los otros chicos consideran natural amar. Las bicicletas, el windsurf, las tetas grandes, la playa. No quería tirarse de ningún sitio, ni quería subir a ningún sitio muy alto, sólo quería que le dejaran en paz. A lo mejor era marica. Yo qué sé. Tampoco soy un experto. A mí los maricas me caen muy bien. A mí la verdad es que me cae bien todo el mundo».

DOMINGO DUMMIES

Artur Mas y el Rey de España dentro de un Seat. Como dijo Gistau, haciendo de dummies en el test de las colisiones de la época.

MMM

Decía Camba que cuando volvía al pueblo se le presentaban los paisanos, y le decían:

—¿A que no sabe usted quién soy?

—Pues no, la verdad. Pero vaya al registro, que allí le podrán echar una mano.

MMM

Yo también creo, como Tania Sánchez, que a los medios españoles les interesa su figura de novia de, y la prueba son los titulares (los de EL MUNDO, por quedarnos aquí) y las entradillas. Y hace bien en quejarse y protestar, y también en no preguntarse por qué siendo candidata a las primarias de IU del ayuntamiento de Madrid este periódico quiere darle dos páginas a ella y no al otro candidato, y cuando es candidata, como hoy, otras dos.

MARTES DINERO

A mí me deprimen un poco las noticias de los inmigrantes honestos que encuentran tres mil euros y lo devuelven. No veo ningún final feliz. «El dinero no era mío», dice, pero yo no estaría tan seguro. El dinero es de quien menos te lo esperas. Hace años, mientras daba una conferencia, a Miguel de la Quadra Salcedo se le cayó una moneda de diez céntimos. Dijo El País que Manuel Pizarro «se tiró como un poseso» a recogerla. «Según los testigos, el ex presidente de Endesa, en lugar de devolverla, la guardó en su bolsillo». Yo estoy seguro de que si a Miguel de la Quadra le hubiesen caído tres mil euros Manuel Pizarro hubiese degollado a todo el mundo. Y cuando le preguntasen por qué, diría lo mismo que el inmigrante: «Porque el dinero no era mío».

MMM

Hay una lógica interna en que la doctrina Botín, que lleva el nombre de un gran banquero español por causas distinguidas, se aplique en casos extraordinarios que atañen, por ejemplo, a la hermana del Rey. No le iban a llamar la doctrina Torete.

MIÉRCOLES CÚBREME

Debuta Alfonso Alonso en el Congreso. Tiene suerte: le ha tocado responder a una diputada de la escuela tertuliana, de ésas que agravan el mensaje hasta la marhuendez. Alonso, por si acaso, mira alrededor muy atento a las tres frases que Homer Simpson considera imprescindibles para conducirse en la vida y en el Gobierno español.

1– Cúbreme.

2– Buena idea, jefe.

3– Estaba así cuando llegué.

MMM

Logroño, miércoles noche. El Maltés cerrado, Nuria en paradero desconocido. También el Bretón y Kolo. Julián Lacalle en México. Víctor qué sé yo, buscando ensaladas. Salimos del hotel a tomar la copa tan tarde que sólo está abierta la luna, literalmente, en Bretón de los Herreros. Parece que estoy en Babilonia Revisitada, aquel cuento en que el expatriado americano vuelve a la barra del Ritz de París, donde sólo queda el camarero. Cuatro años ya desde que llegué con Ana, nos sentamos todos en una terraza, hice una consulta todo lo discretamente que pude a espaldas de ella y a la media hora llegó uno como elefante en una cacharrería: «¡Le traigo las drogas al escritor y la editooooora!».

MMM

Me escribe Javier González González. Lo cité de pasada en una columna en la que hablaba de amigos del colegio. Digo en el artículo que Javier estuvo dos años de EGB con nosotros. Me corrige: estuvo uno, el primero de todos. Ya no lo olvidaré ni en las profundidades del Alzheimer.

JUEVES TALCO Y BRONCE

Montero Glez, ganador del premio Logroño de novela, coge el micrófono y dice: «Montero Glez, ése es mi nombre artístico, que veo muchos periodistas aquí y no quiero que lo vayan a poner mal». Se ha subido a recoger el galardón con un abrigo botón de ancla cerrado hasta el cuello, pañuelo de bandolero y cráneo rasurado, frío, con la mirada en tembleque. Entre personalidades Montero es una bomba de relojería: se le escucha el tic tac, y nadie sabe, menos aún un cargo público, qué cable cortar.

—¿De qué habla la novela? —le preguntan delante del público.

—De una época en la que a Madrid la cruzaba una raya de caballo.

—¿Ya…? ¿Nada más?

—Bueno, es un homenaje al cine de Eloy de la Iglesia. Por llenar de significado político al lumpen del proletariado.

MMM

A Montero Glez le conocí como Roberto del Sur a través de Pérez Reverte, que habló de su vida como de «una vida bohemia de verdad, miseria y navajazo y bolsillo sin un duro, entre peña bajuna y peligrosa, de pistola fácil, de pinchazo en vena. Esa España en la que nunca se hará una foto el presidente Aznar, como tampoco se la hizo aquel otro sinvergüenza cuyo nombre no recuerdo». De eso va el libro que ganó el premio y editará Algaida: de una España de los 80 muy poco fotografiada. Tiene pinta, ahora que lo pienso, mientras me marcho sin despedirme, porque me arrastran literalmente al coche, de náufrago. Unos ojos hermosos, claros y piadosos. Unas botas gordas de ir al colegio y el pantalón blanco con dobladillo enorme en la pernera. Leí el libro ganador, y el anterior, que también ganó. A estas horas creo que no hay nadie en España que tenga mejor prosa. Tampoco que se haya roto más huesos para conseguirla.

VIERNES DERROTA

En la calle la jornada transcurrió con normalidad. A las 20 horas la portavoz del Gobierno anunció que el primer día sin crisis se había saldado con una participación menor de la deseada. «A ver si la gente se anima», dijo, «porque empiezo a tener la sensación de que no salen de la crisis por joder».

MMM

La vida, por acabar con Homer, es una aplastante derrota tras otra hasta que acabas deseando que muera Flanders.