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  • Pedro Cuartango

VIDAS PARALELAS

PABLO IGLESIAS PIERRE POUJADE

¿Vuelve el poujadismo con Podemos?

Cuando Josep Pla viajó a Nueva York y vio la ciudad iluminada, preguntó con su habitual ironía: «Y esto, ¿quién lo paga?». Habría que plantear la misma cuestión a Pablo Iglesias: ¿quién va a pagar los tres millones de nuevos funcionarios que quiere crear para acabar con el paro, la reducción de la jornada laboral, la subida de las pensiones y un crédito para todo el que lo solicite?

Podemos empezó siendo un movimiento de protesta contra la clase política y está evolucionando hacia un populismo que recuerda mucho a las ideas interclasistas de Pierre Poujade, que se levantó contra el sistema en Francia en 1953 y llegó a obtener 52 diputados en la Asamblea en las elecciones de 1956 con un 11,6% de los votos.

¿Quién era Pierre Poujade? Era un papelero de Saint-Céré, que protestaba contra la desigualdad en nombre de los comerciantes y los trabajadores, denunciando lo que él llamaba «el Estado vampiro» que fagocitaba las clases medias y favorecía a las grandes fortunas. Poujade, que había militado en la Resistencia en Argel, era un excelente orador que llegó a reunir 230.000 personas en un mitin celebrado en París en enero de 1955.

Llegó a contar con el apoyo del Partido Comunista Francés y parte de los sindicatos a pesar de su ideología populista con algunos rasgos de xenofobia como la demonización de Pierre Mèndes France por ser judío. Poujade también propugnaba la nacionalización de la banca, la reducción de impuestos a los comerciantes y asalariados y la supresión de privilegios a los políticos, amén de un reparto más justo de las rentas. Dos millones y medio de franceses votaron a favor de las propuestas de Poujade, que se desinfló en 1958 tras la fundación de la V República y la vuelta de Charles de Gaulle al poder.

Podemos corre el mismo riesgo si persiste en su viaje a un populismo que pretende solucionar problemas complejos con fórmulas simplistas e inviables por su coste.

El programa de Pablo Iglesias ignora la realidad de una economía española con una deuda pública que se acerca ya al 100% del PIB, que forma parte de la UE y está integrada en el euro y que sufre un alto déficit comercial por la falta de competitividad. Lo que plantea Podemos no es socialdemocracia sino populismo, aunque es justo reconocer que ha abandonado medidas utópicas como el pago de una renta básica universal o la no devolución de la deuda.

Poujade fracasó en Francia porque sus ideas iban en dirección contraria a la integración europea y abogaban por una economía corporativa. Iglesias cree que los recursos del Estado son infinitos y que bastaría subir los impuestos a los ricos y acabar con el fraude para financiar sus iniciativas. Pero ni le salen los números ni es posible lo que propone. Difícilmente ganará unas elecciones si lo único que ofrece es el voto de castigo al sistema.