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  • Federico Jimenez Losantos

El «lío» de Rajoy

POCO ANTES de que el representante del Estado español en Cataluña, un tal Mas, consumara su rebelión contra el Estado, el presidente del Gobierno, mientras subía esa cuesta que los chinos pusieron en la Gran Muralla para vengarse de los turistas (no cabe otra explicación para tan descarado atropello a la civilización horizontal), dijo una cosa que, tal vez por la distancia, no llegó a los oídos de Mas. De haberla oído, el susodicho hubiera abandonado a toda prisa sus planes sediciosos, no hubiera firmado el plebiscito golpista ni hubiera anunciado que, afanando los medios del Estado español, colocará dos mil trescientas urnas para votar ilegalmente la destrucción de España. De haber oído lo que no escuchó, tal vez hubiera detenido a Jordi Pujol el pasado viernes, cuando en el Parlamento presumió de sus delitos, insultó a los diputados y salió escoltado y aplaudido por De Gispert, Junqueras y el propio Mas como Don Vito entre los Corleone. Porque lo que Rajoy dijo a Mas en las afueras de Pekín fue tremendo: que al promover un plebiscito golpista contra España «se ha metido en un lío».

En un «lío», sí señor. Y el «lío», de creer al estadista pequinés, lo tiene Mas, no Rajoy, ni el Gobierno, ni España, ni la UE ante la demolición del más antiguo de los estados nacionales europeos. Y como le ha salido tan caro llegar a este punto de su plan separatista, Mas está muerto de miedo, o sea, de lío. Desde hace tres años ha usado todos los recursos del Estado español en Cataluña para promover la destrucción de ese Estado; y el Gobierno del PP, encargado de hacer cumplir la legalidad, no le ha hecho absolutamente nada. Ni suspenderle en el cargo por incumplir las sentencias judiciales, ni mandarle una citación de Hacienda o una docena de feroces agentes de movilidad madrileños: nada. Bueno, sí: Montoro le ha dado más de treinta mil millones de euros para remediar la ruina –debe sesenta mil millones – de la Generalidad. El «lío» financiero se lo tapa Rajoy; el «lío» golpista se lo perdona Rajoy; el «lío» institucional lo oculta Rajoy; y desde hace semanas el Gobierno del PP repite que «está seguro de que Mas cumplirá la Ley». Sucede justo al revés: Mas encabeza abiertamente un golpe de Estado. Y a eso le llama Rajoy «meterse en un lío». Ni España, ni Rajoy: el «lío» lo tiene Mas. ¡Menos mal!