Taedium vitae

ASÍ ME siento. ¿Qué me pasa, doctor? ¿Resopón de la Diada? Me levanto, desayuno, entro en Orbyt y me deslizo –abúlico, inapetente– sobre sus titulares sin bucear en lo que anuncian. Ser español, ser catalán: ¡qué fatiga! ¿Fatiga? No. Aburrimiento. Lo que en esta ex nación sucede...

Es un decir, porque en ella nunca sucede nada. Decía Julián Marías que en España no se dice lo que pasa, sino que pasa lo que se dice, y añadía, llegando aún más lejos: «No hay que hacer caso de lo que se dice ni casi de lo que pasa, porque tampoco es verdad». Asistan ustedes a esa verbena de estupidez pomposa que son las tertulias dedicadas al análisis de la actualidad política y tendrán que dar la razón al filósofo citado. La Gran Corrala. El gran embuste. El deporte de «arreglar España». ¿Pero cómo va a arreglarse lo que no existe? La Todología, esa ciencia nueva tan similar a la Teología que antes se explicaba en los cafés, ha saltado ahora a los medios de comunicación audiovisuales, y dizque la ven o la escuchan millones de personas, aunque eso sea sólo otra mentira para embaucar a los empresarios que se anuncian en ellas.

Esto es una digresión. Vuelvo a mi carril. Leí el sábado aquí mismo una entrevista con el actor Jesús Bonilla en la que el entrevistado –tan letal como la dentellada de una cobra– decía que «si no fuese porque tenemos sol y playas, este país sería Somalia». Yo, aún más pesimista que Bonilla, pensé al leerlo que esos dos factores, lejos de aliviar nuestras enfermedades crónicas, las agravan, pues contribuyen a la galopante difusión de una de las peores epidemias de la historia universal: el turismo. Sí, sí, el turismo... O sea: Magaluf y el resto de los horrores de la transformación de todo un país en gigantesco parque temático. ¿Que da dinero? Ya, y la prostitución, y la corrupción, y el narcotráfico, por poner sólo tres ejemplos relacionados con el sex-appeal del Spain is different, también. Cambiemos el eslogan: pasen, beban, chupen y chútense. Sólo nos falta el Ébola. «Las organizaciones criminales han encontrado en España su Eldorado», dice Saviano, el autor de Gomorra, que algo sabe de esas cosas... Pero esto es otra digresión.

Y así –inapetente, abúlico– llego, deslizándome cuesta abajo por los titulares de Orbyt, al final de esta columna. Ya sólo cabe corregir su título... ¿Taedium vitae, doctor? ¿No será taedium Hispaniae y tedio de Cataluña? Adiós, chatas. Que os vacunen.