Archivada la causa contra las testigos protegidas del 11-M

La juez no ve indicios de que mintieran en el juicio al reconocer a Zougam en los trenes

La juez que investiga a las dos testigos protegidas que reconocieron a Jamal Zougam en los trenes del 11-M ha archivado la causa, al estimar que no hay indicios suficientes de que mintieran ante el tribunal que juzgó la masacre. «No existen indicios suficientes de que las querelladas hayan faltado a la verdad en sus declaraciones, ni que hayan manifestado haber reconocido a Zougam como la persona que vieron en el tren sabiendo que dicho extremo no era cierto», dice el auto de archivo.

La investigación por falso testimonio se abrió después de que este diario revelara numerosos datos que hacían sospechar de la veracidad de las declaraciones en el juicio de las ciudadanas rumanas identificadas como C-65 y J-70. Ambas aseguraron que viajaban juntas y que vieron a Zougam en su vagón, si bien J-70 sólo dijo que podía reconocerle cuando, meses después del atentado, Interior le denegó la condición de víctima. Entonces identificó al marroquí y accedió a la nacionalidad y a la indemnización. Ni ella ni C-65 habían dicho antes que viajaran juntas.

Sobre la sospechosa actuación de ambas en el procedimiento administrativo para ser víctimas, la juez Belén Sánchez indica que no ha quedado probado que mintieran en esos trámites y que lo que se investiga es si mintieron en el juicio del 11-M, no antes. La juez justifica que callaran datos relevantes para la investigación por el hecho de que esos trámites no buscaban resolver el atentado, sino identificar a las víctimas.

En otro punto del auto, la juez de Madrid reconoce que las versiones de lo sucedido la mañana del atentado que han ofrecido el hermano y el marido de C-65 –que también se presentaron como víctimas– son «difícilmente creíbles» e incurren en «contradicciones». Pero añade que de ello no puede deducirse «elemento alguno» que suponga que también las querelladas mintieron en el juicio.

El elemento clave para el archivo de la querella presentada por Zougam ha sido la testifical del entonces cónsul rumano en Madrid. Preguntado por este diario, aseguró que C-65 había acudido al consulado tras el atentado junto a otra mujer cuyo nombre no coincide con el de J-70. Preguntado de nuevo, esta vez por la juez, el cónsul ofreció una versión distinta, diciendo que sí era J-70 la que acompañaba a su compatriota.

El archivo dictado por la juez de instrucción es recurrible ante la Audiencia Provincial, que ya revocó el auto en el que Sánchez inadmitió la querella de Zougam contra las testigos que le convirtieron en el único autor material de la masacre. En esa ocasión, el tribunal consideró que sí había elementos para abrir una investigación que ahora la juez vuelve a cerrar.