Y decía que se iba

FUE DECIR Arriola que lamentaba que se fuera Rubalcaba para que se quedara. Fue recibir el elogio fúnebre de Rajoy y resucitar. A este paso, los que tanto lamentaban su marcha sin haberse ido, todavía disfrutarán de su presencia para los Santos Inocentes, todos peperos. Menos mal que el Rey parece que ha vuelto a sus asuntos personales y ha dejado los funerales, porque un réquiem de Zarzuela habría convencido a Pepunto de ser el único candidato posible del PSOE en las próximas elecciones generales. No digo deseable, que está claro que, salvo los socialistas, todos desean su presencia, sino posible, humanamente hacedero, carne de urna inmortal.

A Rubalcaba le basta la fama de malo para convencer a la gente, sobre todo en la Derecha, de que es inteligentísimo. Nadie lo diría viendo la estrategia del PSOE estos dos años y medio, en los que sólo con un talento excepcional ha conseguido seguir por detrás de un PP que ha castigado en el Gobierno a los españoles en general y a los suyos en particular como nadie lo había hecho hasta ahora… a excepción de Zapatero y Rubalcaba. Nadie tan fracasado en el Gobierno ha fracasado más en la oposición. A alguien que no parece tener muchas luces, como Susana Díaz, le ha bastado un año de Rajoy para que el PSOE andaluz pasara de derrotado a vencedor. Pero un político que ha demostrado ser malo como gobernante y peor como jefe de la Oposición tiene que ser, sin duda, un estadista. Y eso le llaman.

La astucia de Rubalcaba ha sido quedarse para irse, decía él, dejando el partido en manos de Susana Díaz mediante un Congreso amañado. Esto era el lunes. El martes, en su condición de Secretario General que se iba, se apoyó en los que no quieren a Susana y piden primarias abiertas, para quedarse. El miércoles, saltó Madina. Ayer, jueves, RbCb ya era el fiel de la balanza entre las dos facciones del PSOE, que son, curiosamente, la del Sur y la del Norte. El faisán del 13-M no podía perpetrar algo que no fuera ilegal, así que se queda para saltarse la legalidad del Congreso, el único facultado para convocar primarias abiertas, y quiere convocar unas primarias dizque consultivas, para que luego el Congreso las acepte, las revoque o se líe la guerra. ¿Y quién será el fiel de la balanza, el metrónomo del acuerdo, el pacto hecho hombre imprescindible? Rubalcaba, claro. Para mí que se come el turrón.