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  • Federico Jimenez Losantos

Del 23-F al 11-M

SUÁREZ ha sido el primer presidente del Gobierno de España elegido realmente en las urnas por votación democrática. No importa lo que diga la propaganda liberal o la progresista, las garantías electorales en 1977 fueron incomparablemente superiores a las de la Restauración –por los censos restringidos, aunque fueron ampliándose, y por el caciquismo como medio de crear mayorías prefabricadas–; y, por supuesto, a las de la II República, tan irregulares que la composición del Congreso en el 31 se enmendó sobre la marcha y los resultados de 1936 que llevaron al Poder al Frente Popular y a España a la guerra civil todavía no los conocemos hoy.

Desde el aparato de poder del régimen franquista, Suárez ganó las elecciones de 1977. Nadie se lo discutió. Paradójicamente, lo que no le perdonaron los «poderes fácticos» que orquestaron el golpe de Estado del 23-F es que ganara las de 1979, ya en un régimen constitucional votado por la gran mayoría de los españoles. Mientras fue instrumento, Suárez sirvió. Cuando se comportó como un presidente de Gobierno en una democracia, Suárez sobró. Y lo echaron tras una campaña de desprestigio, sobre todo del PSOE, verdaderamente repugnante. Los fallos de Suárez –su endeblez intelectual, su ingenuidad ante el PSOE, la pugna con el Rey que favoreció las intrigas militares– están en el texto de la Constitución, que negoció su valido Abril Martorell con Alfonso Guerra, y así salió. Los méritos, en la gallardía con que evitó el golpe para echarlo del Poder y que, al dimitir por sorpresa, quedó en puñetazo en el aire, absurdo.

Hoy vemos claro que el golpe del 23-F –el de verdad, no la mamarrachada siniestra de Tejero– no iba contra la democracia sino contra Suárez, legítimo presidente del Gobierno. Al dimitir, lo desorientó aunque no pudiera desactivarse. Pero el golpista Gobierno Armada no lo debía componer gente de la extrema derecha, sino de AP, de UCD, del PSOE y del PCE. Como decía ayer M. A. Mellado, el único gobierno de unidad nacional que ha estado a punto de llegar al Poder es el que logró reunir Suárez contra sí mismo. Del 23-F al 11-M nos hemos acostumbrado a la conspiración institucional y a la manipulación informativa. En honor de Suárez, que se ahorró el 11-M, cabe decir que la casta política que lo liquidó es la que está liquidando España.