Para frenar a Arturo Mas

ES LA INTELIGENCIA rubia del Partido Popular y se llama Cayetana. Ha escrito el artículo más lúcido que se ha publicado sobre el órdago secesionista lanzado por Oriol Junqueras y su narigante escudero Arturo Mas. Apareció en el Financial Times y a él me he referido en más de una ocasión. El nacionalismo para la diputada del PP significa «el rechazo del pluralismo político y la restricción de los derechos humanos». Los secesionistas catalanes representan «todo lo que los europeos dejaron atrás en 1945». Oriol Junqueras y su lacayo Arturo Mas se han instalado en el espíritu decimonónico. En lugar de mirar hacia adelante, hacia los Estados Unidos de Europa, han vuelto la vista atrás para convertirse, como la mujer de Lot, en estatuas de sal.

La escritura de Cayetana Álvarez de Toledo es translúcida. Con más valor que José Tomás, con la mano izquierda de Enrique Ponce, la diputada recuerda a Mariano Rajoy que «no hay nada más noble, más decente o más necesario que la defensa de los derechos y libertades individuales frente a los sueños asfixiantes del nacionalismo. Hoy en día, están fuera de lugar la ambigüedad o el silencio. La cuestión del separatismo es un problema profundamente europeo que exige una respuesta clara». Tiene razón la periodista: no hay lugar ni para la ambigüedad ni para el silencio. Es un error descomunal la política arriólica de los tres monos de Nikko: no ver nada, no oír nada, no decir nada. Mariano Rajoy tiene la obligación de levantarse de la silla curul de Moncloa y dar respuesta clara a Oriol Junqueras y su polichinela Arturo Mas. No son de recibo más demoras.

La eficacia contra la maniobra secesionista de un sector de la clase política catalana pasa por el pacto de Estado entre Rajoy y Rubalcaba, conforme al espíritu de la Transición española, para desmontar las quimeras de Oriol Junqueras y su títere Arturo Mas. Tal vez la vía más adecuada para orquestar esta operación política sea la reforma constitucional que viene exigida, en primer lugar, por el divorcio de las nuevas generaciones de un régimen que está ya agotado. Esa reforma integraría a la juventud en el sistema y, además, permitiría evitar el choque de trenes secesionista.

Gran acierto el de Cayetana Álvarez de Toledo. Ha escrito lo que debía escribir. Sin aspavientos, sin agresividades, con sentido común, con soluciones eficaces para aliviar el agobio al que España está sometida.

Luis María Anson es miembro de la Real Academia Española.