Calendario del golpe catalán

YA HAY fecha para la proclamación de independencia de Cataluña. Pase lo que pase en noviembre, cuatro meses después, el 23 de Abril de 2015, Día de San Jorge, la Assemblea Nacional Catalana prepara ya la proclamación de la República Catalana Independiente. Y como si crear un nuevo Estado fuera poco, creará dos: el catalán y el del Valle de Arán, que podrá optar, en uso de su indeclinable soberanía, por convertirse en nuevo estado independiente o en unirse al flamante Estado catalán.

La liberación por la ANC del pequeño territorio aranés y de su lengua o fabla particular es muy importante porque abre la posibilidad de incorporar a la Cataluña independiente otros territorios que ahora gimen bajo el yugo español y francés: las Baleares, la Comunidad Valenciana, la parte de Aragón (Este de Huesca y Noroeste de Teruel) que reivindican para los Països Catalans, amén del Rosellón y la Cerdaña, que hace siglos pertenecieron al Reino de Aragón y hoy padecen la dominación gabacha. Tal vez incluso liberen para el flamante imperio cuatribarrado y estrellado el Alguer de la isla de Cerdeña, donde se conserva un dialecto emparentado con el lemosín y, por ello, con el primitivo catalán. La lengua es el arma de la independencia y será la de la expansión imperial. En fin, que España duerme y Francia ronca mientras la balcanización del mediterráneo occidental se despereza.

El documento de la ANC, 14 páginas, lo ha dado a conocer en su página web Crónica Global Alfons Quintá, veterana figura del periodismo catalán en los años de la Transición que ahora distrae sus forzados ocios escudriñando el magín constituyente de sus paisanos. Quién le iba a decir cuando escribía, como yo, en El País de la primera época, españolista y liberal, que un día daría noticia de este proyecto de insurrección separatista en el que participa la mayoría de las fuerzas políticas catalanas. En el 78, los catalanes votaron masivamente la Constitución Española, en el 77 habían ido a las primeras elecciones libres y en el 75, lloradísimo por la heroica prensa de Barcelona, murió Franco. Justo 40 años después, la obstinación de los políticos de Madrid en pactar con el nacionalismo catalán ha dado el único fruto que podía dar. Rajoy dirá que es ilegal y se volverá a dormir. Lo despertará la mascletá.