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El rebaño flanqueado por mastines tras el pastor

LO PEOR del septenato zapatético no era la herencia económica sino la política. No lo digo ahora. Lo escribí con Zapatero en Moncloa. Al acceder al poder, Mariano Rajoy decidió ocuparse solo de la crisis menos importante pero más acuciante. Acertó en el tratamiento. La durísima terapia administrada ha permitido salir del túnel y ver la luz económica. Pero Rajoy se equivocó al relegar la gravísima crisis política que le legó Zapatero. La fórmula arriólica del aquí no pasa nada, el tiempo todo lo arregla, lo mejor es esperar, se ha convertido en el gran error del bienio Rajoy.

Sí pasa. Claro que pasa. Oriol Junqueras y su narigante escudero Arturo Mas han lanzado el órdago secesionista con fecha y todo. Se pudo evitar pero el arriolismo de los tres monos de Nikko –no ver nada, no oír nada, no decir nada– ha provocado la situación límite.

Como Rajoy no quería abrir flancos que dificultaran la terapia económica desatendió a las víctimas del terrorismo y se sumó a la ruta trazada por Zapatero en su negociación política de tú a tú con Eta. La banda terrorista no ha sido derrotada. Gobierna en Guipúzcoa y en varias docenas de ayuntamientos y se dedica con la mayor impunidad a la exaltación del terrorismo y de los terroristas y a forrarse el bolsillo con mordidas, comisiones, licencias y trapisonderías en aquellos lugares donde gobierna.

Finalmente, la política de no hacer nada y permanecer a verlas venir ha provocado la creación de un partido político, Vox, con escasas probabilidades de alcanzar un buen resultado pero que puede hacer mucho daño. Que le pregunten a Marcelino Oreja lo que supuso la pirueta electoral de Ruiz-Mateos. Si los votos que arañe Vox impiden la mayoría absoluta del PP, la alternativa en estos momentos, según las encuestas, no es el PSOE sino un Frente Popular ampliado en el que dominaría el Partido Comunista enmascarado en IU, junto a ERC y el BNG.

Como escribió Winston Churchill, la gran política consiste en prevenir no en curar. Rajoy pudo prever lo que se le ha venido encima. No ha sabido hacerlo. Bolinaga el terrorista está en la calle y Ortega Lara, el aterrorizado, se ha fugado a otro partido junto a destacados dirigentes del PP. Después de 30 años de militancia, Alejo Vidal-Quadras le ha dado un portazo en las narices a Rajoy con una declaración cruel: «Un partido no es un rebaño, flanqueado por mastines, que sigue dócilmente a su pastor». ¿No habrá nadie que haga reflexionar al presidente sobre los reveses políticos que está sufriendo y que podía haber evitado si se hubiera desembarazado de la parálisis en su madriguera monclovita?

Luis María Anson es miembro de la Real Academia Española.