El presidente de la Comunidad de Madrid volvió ayer a intentar culpar a EL MUNDO de los problemas que él y su imputada mujer, Lourdes Cavero, tienen con la Justicia por la compra de un ático a nombre de sociedades en paraísos fiscales.
En un comunicado trufado nuevamente de insultos y descalificaciones, González no refuta uno solo de los aspectos esenciales de las noticias y la cronología del caso ático publicadas ayer. Se limita a intentar desviar la atención desacreditando con afirmaciones falsas puntos colaterales. No niega, por ejemplo, que la Policía envió incomprensiblemente a un destinatario equivocado la comisión rogatoria a Reino Unido.
La enésima embestida del presidente a este diario apareció ayer en su blog en forma de tres puntos:
1.-«No hay ninguna declaración en ninguna actuación policial ni ningún folio del ‘caso Gürtel’ en los que se me vincule a Arganda»
El martes, González aseguró que su nombre no aparece «en ninguno de los miles de folios de Gürtel». Ahora, y una vez que EL MUNDO demostró que en el tomo octavo del sumario figuran al menos cinco facturas firmadas por él a Francisco Correa, precisa que no existe ninguna declaración en sede policial ni en el sumario de Gürtel en las que aparezca su nombre «vinculado a una operación urbanística en Arganda». Este diario jamás ha afirmado tal cosa, se ha limitado a recordar las declaraciones de un testigo protegido del caso que ante la Policía estableció una relación entre el dúplex de 496 metros cuadrados adquirido a través de dos sociedades radicadas en paraísos fiscales y el pelotazo que la Comunidad autorizó a Martinsa en Arganda.
2.-«La investigación ilegal terminó con un escrito del comisario de Marbella a Fernández-Chico que concluye la ausencia de cualquier actuación ilegal»
Lo que dice en este farragoso párrafo —que tampoco reproducimos en su integridad— es que los populares Fernández Díaz y Cosidó, jefe de la Policía, tildaron de «ilegales» las pesquisas. Agrega que el comisario de Marbella, Hermés de Dios, comunicó al anterior director operativo de la Policía, Fernández-Chico, que la compra del ático era limpia.
Hay una incongruencia de fechas que deja en mal lugar a González. Fernández-Chico, un mito dentro de la Policía, murió el 28 enero de 2012. Y el 11 de febrero de 2012 [ver EL MUNDO del 23 de marzo de ese año] la Comisaría de Marbella recabó datos sobre un coche alquilado por Lourdes Cavero y aparcado en el garaje de la pareja. Conclusión: difícilmente podía haber informado De Dios a Fernández-Chico de la finalización de la investigación por cuanto el primero continuaba con sus pesquisas dos semanas después de que el segundo hubiera fallecido.
Además, conviene no olvidar que Hermés de Dios trajo una declaración a Madrid cuando Asuntos Internos le llamó a capítulo por orden de Cosidó y le invitaron a firmar otra con una versión favorable a la teoría conspiratoria que defiende González.
3.- «Hemos pasado de que yo era el responsable último del Urbanismo a que lo era Mariano Zabía, al que yo me llevé a Educación en 1996»
González niega que Zabía, el consejero que presidía la Comisión Regional de Urbanismo que otorgó el aumento de edificabilidad a Martinsa en Arganda en 2006, sea íntimo suyo. Olvida que era su principal colaborador en el Ministerio de Educación en la era Aguirre, al igual que cuando se lo llevó a la Comunidad.
Añade que fue la propia Esperanza Aguirre la que tiró de Zabía cuando la hicieron ministra «pues es funcionario del mismo Cuerpo que ella». Falso de nuevo: Zabía es miembro del Cuerpo Superior de Administradores Civiles del Estado, los célebres TAC, y Aguirre, del Cuerpo de Técnicos de Información y Turismo, que no es exactamente lo mismo.