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  • Carlos Cuesta

Quién ha creado Vox

Nace un nuevo partido. De la mano de Ortega Lara, de Santiago Abascal, de la también víctima del terrorismo Ana Velasco, de Ignacio Camuñas, de González Quirós, y de otros tantos.

Pero, sin querer quitarles en absoluto protagonismo, ninguno de ellos ha sido su impulsor último. Quien realmente ha decidido que surja una nueva opción de voto en la derecha ha sido el PP.

Porque es este Gobierno el que sigue sin decidirse a actuar con toda la fuerza del Estado de Derecho contra las formaciones proetarras legalizadas. Mientras, las calles se llenan de etarras, de violadores, de actos de apología del terrorismo y de desafíos abiertos a la unidad de España.

Porque es este PP el que permite el amotinamiento contra la reforma del aborto, mientras sigue sin alzar una sola voz crítica contra el nauseabundo espectáculo de ver por las calles al eterno terminal Bolinaga.

Porque es este Gobierno el que ha blindado la politización de la Justicia tras haber prometido exactamente lo contrario.

Porque es este PP el que sigue sin asombrarse de que estos dos años de mandato han albergado la mayor subida de impuestos de nuestra democracia, sin ver la materialización de su promesa de atar en corto el gasto público.

Y porque es este Gobierno el que sigue sin frenar en seco las vulneraciones legales –educativas, de gasto, de impulso a la consulta rupturista– de una Generalitat que ha conseguido el lamentable hito de forzar al presidente Rajoy a tener que prometer en Estados Unidos que España no se va a romper.

Por todo ello nace otro partido. Porque por mucho que el aparato crea lo contrario, la gente, los ciudadanos normales, no aceptan esa cosa que ellos llaman disciplina de partido y que se ha convertido en la prohibición de recordar el programa electoral con el que ellos mismos accedieron a sus cargos.

Porque fue el PP el que decidió desplazar su mensaje con el fin de hacerse con el hueco dejado por un PSOE que no ha parado de escorarse hacia el radicalismo y el nacionalismo. Y porque en esa carrera de los populares por los votos, simplemente, silenciaron su origen.