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  • Fernando Sanchez Drago

EL LOBO FEROZ

EL LOBO FEROZ

‘Black Monday’

ACUÑÉ EL topónimo Caconia para designar lo que antes se llamaba España y lo hice aludiendo a la superpoblación de cacos censada en el país. Caigo ahora en la cuenta de que también podía haber acuñado el término Cacania, que suena casi igual y no sólo salta al oído, sino también al olfato. Decir que Cacania o Caconia empezará hoy, 2 de diciembre de 2013 (apunten la fecha), a tocar fondo suena a pleonasmo, pues ya lo había hecho, pero siempre cabe ahondar en la propia fosa y pasar, como decía Groucho, de la nada a la más absoluta miseria. Todo suelo tiene un subsuelo, y así, poquito a poco, escarba que te escarba, excava que te excava, se llega a los dominios de Pedro Botero. Ojalá me equivoque, pero es no sólo posible, sino más que probable, que hoy mismo –Black Monday del consumo televisivo– invada nuestros hogares por el conducto de ese pozo negro en el que se ha transformado la caja tonta lo que el sábado, a toda portada, definió un periódico como «el rostro del diablo». No mencionaré su apellido. No quiero convertirme en cómplice de la infame popularidad de ese demonio ni del encanallamiento de los sedicentes y sediciosos periodistas que, acogiéndose a la desgarrada bandera de la libertad de expresión y del derecho a la información, van a atizar el fuego de la sala de calderas del infierno. Las boñigas son un buen combustible. En algunos países las utilizan para aislar y calentar las casas. El asesino de cuyo nombre no quiero acordarme llegó el sábado a Madrid escoltado y dizque financiado por los buitres de la telebasura –¡más caca y más madera para quemarla en la chimenea del salón!– que revoloteaban en torno a él como las aves carroñeras lo habrían hecho sobre los cadáveres de las tres muchachas violadas, torturadas y asesinadas si sus asesinos, torturadores y violadores no las hubieran enterrado para borrar el habeas corpus de su crimen. Detrás de ese Satán, si los espectadores decentes no lo impiden con la vara de justicia del mando a distancia, irán llegando los demás demonios puestos en libertad porque así lo han decretado en Estrasburgo. Quiero creer que Spain is not indifferent. Pido una huelga de televisiones caídas. Pido que las buenas gentes del común proclamen audiencia cero en todos los programas, si los hubiere, que se disponen a sacar tajada reciclando la mierda y enriqueciendo a quienes llevan sangre en sus heces. Dignidad, señores. Está a su alcance.