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  • Julio Miravalls

Lo que los oídos ven

Comprobado en laboratorio: con el mismo vídeo ante los ojos, si se ofrece mejor calidad de sonido la gente cree que la imagen es mejor. Se llama psicoacústica. Hay una relación directa entre la percepción visual y el sonido asociado a las imágenes, que ayuda a que el cerebro haga una mejor interpretación de lo que está viendo. Los oídos también ven.

Lo explica Javier Foncillas, director de Dolby Ibérica. La imagen digital se ha desarrollado mucho, pero «la experiencia acústica se ha quedado atrás. Y para los niños es peor: escuchan música a través de Spotify o un mp3, con cascos y con un rango dinámico muy reducido. Los viejos televisores tenían mucho sitio para altavoces en sus cajas enormes; ahora, apenas caben…». Por eso es buena idea añadir algún sistema de sonido externo a la pantalla de 40 pulgadas.

La palabra Dolby suena a antiguo. En los 70 apareció el cassette y todos podíamos grabar y reproducir cualquier cosa. Aunque no sonaba muy allá. Luego el sistema Dolby lo mejoró mucho. «Lo desarrolló un estadounidense en el Reino Unido para reducir el ruido del arrastre de la cinta y lograr un sonido más realista, que imitaba mejor lo que se grabó», explica Foncillas.

Ahora, con el sonido digital, Dolby trabaja en dos terrenos: las salas de cine, donde ha evolucionado desde el sensurround hasta el sonido espacial en 3D de su nuevo sistema Atmos; y en los dispositivos domésticos digitales, para los que desarrolla Dolby Digital Plus, que ya se encuentra en el tablet Kindle Fire HD.

Ofrece una experiencia «inmersiva» en la que cada sonido surge desde el lugar en que se produce (delante, detrás, arriba…). No es el simple estéreo, «ni depende de tener cinco altavoces [en un cine con Atmos pueden ser 64, 128…], es el modo en que los sonidos se mapean al hacer la producción con muchos más canales». La calidad depende de cuatro pasos: cómo se capta, cómo se graba, cómo se transmite y cómo se reproduce. El sonido digital suele estar «achatado», para que ocupe menos: se comprime eliminando las frecuencias más altas y las más graves, «así que oyes los diálogos igual de fuertes que las explosiones y se pierden los sonidos sutiles», explica Foncillas, antes de demostrar con un Kindle conectado a un home theater cómo cambia una película al escucharla con y sin sus filtros de software.

Al fondo grazna un pajarraco y, caramba, lo distingues y sabes dónde está…

Twitter: @juliomiravalls