Los adultos españoles a la cola de la OCDE en comprensión lectora

Los peores de 23 países en matemáticas

Si ya eran malos los resultados de los estudiantes españoles de 15 años, son igualmente sonrojantes los conocimientos de los adultos que tienen entre 16 y 65 años. España es el último de una lista de 23 países en comprensión matemática y el penúltimo, por delante de Italia, en comprensión lectora. En otros lugares del mundo, como Japón, Holanda o Suecia, los titulados en Bachillerato saben más que los universitarios de aquí. Lo dice un estudio de la OCDE que se conoce como el Informe Pisa para adultos.

El Programa Internacional para la Evaluación de la Competencia de los Adultos (PIACC), en su primera edición, nos deja en pésimo lugar en el panorama educativo mundial. La número dos del Ministerio de Educación, Montserrat Gomendio, reconoció ayer las «posiciones rezagadas» en las que se encuentra España, durante la presentación del informe a los medios españoles en la sede de su Departamento.

Así, en comprensión lectora, los que tienen entre 16 y 65 años sólo consiguen 252 puntos, 21 por debajo del promedio de la OCDE y 19 por debajo del de la UE. En matemáticas es peor aún: somos los últimos de la lista con 246 puntos, 23 por debajo de la OCDE y 22 por debajo de la UE.

A años luz quedan países como Japón, Finlandia, Holanda, Australia o Suecia, cuyos titulados en Bachillerato o FP de Grado Medio obtienen, de hecho, igual o mayor puntuación que los universitarios o estudiantes de FP de Grado Superior españoles.

Una fuente de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) explicaba ayer a este periódico que el problema está, precisamente, en la Universidad: «En secundaria el nivel es similar, pero, al llegar a la Universidad, los resultados son muy parecidos a los que otros países tienen, por ejemplo, en Bachillerato. Con la FP superior también hay un problema».

En una escala del 1 al 5, el adulto medio residente en España se sitúa en un 2, lo que significa, según este informe, que sabe realizar cálculos matemáticos sencillos, pero no entender el gráfico del recibo de la luz, ni logra comparar acertadamente precios de hoteles. Este nivel, asimismo, implica cierta dificultad para extraer conclusiones de una lectura y la posibilidad de perderse en un texto de cierta profundidad y riqueza como puede ser El Quijote.

Pero hay, además, un 30% de españoles que se encuentran en el nivel 1 o por debajo del 1, lo que significa que sólo pueden leer textos cortos, comprender un vocabulario básico, realizar operaciones aritméticas sencillas o entender porcentajes muy simples. Ives Leterne, secretario general adjunto de la OCDE, hizo notar ayer que este dato es «especialmente preocupante para España».

De hecho, somos el país que tiene un mayor porcentaje de personas con bajo rendimiento: el 27% en comprensión lectora frente al 15% de la media de la OCDE y el 31% en matemáticas frente al 19% de la OCDE.

Y, al mismo tiempo, tenemos pocos adultos brillantes: no hay ninguno en el nivel 5, el que se atribuye a científicos y grandes investigadores. En el nivel 4 se registra un 5% en comprensión lectora (en la OCDE es un 12%) y un 4% en matemáticas (un 13% en la OCDE). Resultados parecidos se daban en el Informe Pisa, con un muy reducido porcentaje de alumnos de 15 años excelentes.

Sirva como ejemplo de lo mal que están las cosas que, a la hora de realizar el examen de la OCDE (se hizo a 157.000 adultos, 6.055 en España entre el 1 de septiembre de 2011 y el 1 de mayo de 2012), el 23% de los españoles no sabía usar ni el ratón del ordenador. El 66% utilizaron la vía informática frente al 75% que así lo hizo en los otros países.

Y todo esto, ¿a qué obedece? El informe no entra a analizar las causas, pero la secretaria de Estado de Educación dejó claro que «hay evidencias de que la Logse no tuvo éxito al mejorar las competencias en comprensión lectora y matemáticas».

«La situación de los jóvenes españoles, de entre 16 y 24 años [es decir, los de la generación Logse], es peor que la de otros países», explicó. Y señaló que «la gran mejora se produce» entre los adultos de 45 a 65 años, en alusión a los que estudiaron con la Ley Moyano (1857-1979) y con la Ley General de Educación (1970-1990). Según los datos facilitados por el Ministerio, el avance es de 22 puntos entre los que tienen de 45 a 54 años.

«Luego hay una mejora, pero no tan sustancial», entre los de 35 y 44 años, con un crecimiento de 11 puntos. «Y a partir de ahí hay muy poca mejora», afirmó, refiriéndose a los que estudiaron con la Logse (1990-2006). El crecimiento en este grupo es de cuatro puntos. «Desde los 90, hay un estancamiento», subrayó.

José Antonio Robles, investigador de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla que ha desarrollado esta cuestión en un informe anexo encargado por el Ministerio, explica a EL MUNDO que «existe una relación negativa entre la puntuación obtenida y la implantación de la Logse; la reforma no tuvo éxito respecto a la hora de aumentar las habilidades cognitivas de la población española».

En su trabajo, el primero que evalúa a las distintas generaciones con test estandarizados a nivel internacional, señala que los alumnos más rezagados «se ven afectados positivamente» al convivir con los más aventajados, mientras que los pertenecientes a este último grupo «pueden sufrir un efecto negativo».

La tesis oficial es que nos hemos estancado, aunque fuentes de la OCDE piden cautela: «De momento, los resultados no se pueden atribuir a una ley, hay que investigar más esta cuestión porque no hay datos concluyentes».