• Sala de columnas
  • Luis M. Anson

Pacto Rajoy-Rubalcaba, negociación con Mas, acuerdo de financiación

EL ESPÍRITU de la Transición exige el acuerdo entre Rajoy y Rubalcaba para leer un comunicado conjunto en sesión plenaria del Congreso de los Diputados, manifestando la voluntad de los dos grandes partidos, que representan al 80% de los ciudadanos, de cumplir y hacer cumplir la Constitución, poniendo en su sitio la deriva secesionista de Arturo Mas.

Tras esa declaración es imprescindible abrir una negociación serena y constructiva con la Generalidad hasta alcanzar un acuerdo de financiación realista y flexible. No parece lógico que Cataluña reciba la tercera parte por habitante que algunas otras Autonomías. El ciudadano medio catalán y las grandes empresas y entidades de esa Comunidad deben participar en una fórmula concordada que sea la mejor para todos.

Todavía quedará por despejar el flanco secesionista. Tal y como están las cosas, los dos grande partidos, con la participación del resto de las fuerzas parlamentarias, tendrán que abordar la reforma constitucional conforme al artículo 168 de la Carta Magna. Después de 35 años de vigencia, la actualización del pacto constitucional parece imprescindible. Desde hace una década vengo reiterando la necesidad de esa reforma. Las nuevas generaciones, de 50 años hacia abajo, están divorciadas del sistema. Desconocen el esfuerzo realizado para el trasvase de una dictadura de 40 años a una democracia plena, sin derramamiento de sangre ni violencia. No hemos sabido comunicar el acuerdo histórico de la Transición, que es una palabra hueca para la juventud. Ante el sistema actual, el 70% de las nuevas generaciones se muestran indiferentes; el 30%, están indignados; el 100%, asqueados de la corrupción política y sindical que ha invadido la vida española.

La reforma constitucional, convocada por el Rey a instancias del Gobierno, con participación de Felipe González, José María Aznar, José Luis Rodríguez Zapatero, Javier Solana, José Bono, Eduardo Zaplana y otros políticos de relieve, amén de Jorge de Esteban y los más destacados catedráticos de derecho constitucional, debe ser la que desean las nuevas generaciones para que se sientan integradas en el sistema. Los líderes políticos, sociales, sindicales, económicos, religiosos, culturales, deportivos de esas nuevas generaciones deben participar de forma abierta en la reforma de la Constitución.

Cumplidas las condiciones que establece el artículo 168 de la Carta Magna, el nuevo texto se someterá a referéndum nacional. Cataluña ejercerá así su derecho a decidir a la vez que el resto de las Comunidades Autónomas, porque, tras cinco siglos de Historia unida, corresponde a todos los españoles, libres e iguales ante la ley, la decisión sobre cualquier aspecto que afecte a la unidad de España.

No es fácil lo que hay que hacer. Exige grandes dosis de prudencia, de generosidad, de mano izquierda y de habilidad. Pero ese es el camino si se quiere dar continuidad, aunque reformado, a un sistema que nos ha proporcionado cuatro décadas de libertad, de paz y prosperidad. No sé si la operación le vendrá grande a los actuales líderes políticos. No sé si tratarán de posponer la reforma que exige la situación actual. Inútil, sin embargo, cualquier maniobra para detener la marcha de la Historia. Si la reforma constitucional no la hacemos ordenadamente desde dentro, nos la harán revolucionariamente desde fuera.

Luis María Anson es miembro de la Real Academia Española.