«EL PROBLEMA está en el colapso ético de una sociedad donde no sólo se ha extendido la corrupción, sino que parece que no importa». Esto afirmaba hace días Jaime Botín en un artículo titulado Moral católica. Es el mismo Jaime Botín para el que –como adelantó EL MUNDO– la CNMV pide una multa de 500.000 euros por no informar de que poseía más acciones de Bankinter de las declaradas oficialmente. Botín ha cometido fraude al mercado, porque engañó a los inversores y, sobre todo, a Crédit Agricole, que entró en Bankinter pensando que podía llegar a ser el primer accionista y salió con fuertes pérdidas. Y fraude fiscal porque tenía esas acciones en Suiza y no las había declarado. El «colapso ético» de una sociedad roza el límite cuando los defraudadores dan lecciones de moralidad.