Nuevas noticias para el Palacio del Canto del Pico de Torrelodones. El Tribunal Supremo ha decidido anular la licencia para la construcción de un hotel en este recinto declarado Bien de Interés Cultural por la Comunidad de Madrid. El dictamen da la razón al Ayuntamiento y falla en contra de la sociedad propietaria, S. H. L., que pretende levantar en este edificio protegido un «resort de siete estrellas». Con todo, la propiedad del complejo no da por perdido sus deseos para levantar un centenar de suites entorno a esta atalaya de una altura de mil metros desde la que se divisan 37 municipios de la región. «Nos han quitado la licencia pero no el proyecto para levantar el hotel, que cuenta con el visto bueno de la Comunidad de Madrid», subrayan los propietarios del recinto.
Elena Biurrun, alcaldesa independiente de Torrelodones, asegura que la sentencia del Supremo pone fin a un largo litigio judicial entre el Ayuntamiento y los propietarios del edificio. «No pueden construir un hotel, así lo refleja la sentencia y además el palacio está situado dentro del Parque Regional de la Cuenca del Manzanares», agrega la regidora. Los dueños, en cambio, aseguran que el fallo solamente dice que ha prescrito la licencia no que se la denieguen. «Lo que viene a decir el Supremo es que esa licencia de obras para hacer el hotel ha prescrito, nada más», subrayan desde Stoyman Holdings Limited (SHL), la sociedad que en 1988 compró la finca de 90 hectáreas a los herederos de Franco por 2 millones de euros.
El plan de los socios era edificar en este enclave un resort de lujo. En 1991 la compañía consiguió el permiso de la Comunidad para reconvertirlo en hotel. El paso siguiente fue pedir la correspondiente licencia de obras. La consiguieron pero tardaron cerca de 10 años en comenzar su construcción. Fue entonces cuando el Ayuntamiento paralizó la licencia al entender que había caducado.
La empresa presentó un recurso contencioso, amparándose en que el Ayuntamiento había incurrido en silencio administrativo. SHL ganó dos recursos ante la corporación municipal pero el Consistorio de Torrelodones recurrió hasta que el Supremo ha tumbado definitivamente el permiso de hotel debido a que el Palacio está en un parque que goza de la máxima protección.
La resolución llega en el momento en el que el consistorio ha iniciado un proceso para salvar el edifico que ha sido expoliado y ha sufrido actos vandálicos durante los últimos años. La regidora de Torrelodones dio antes del verano el primer paso para que los técnicos de Patrimonio visitaran el Palacio. «Uno de nuestros objetivos al llegar a la alcaldía era recuperar el patrimonio histórico de la Comunidad de Madrid y el Canto del Pico era un asunto prioritario», relata Biurrun. Antes del verano la regidora citó a los trabajadores y altos cargos de Patrimonio para visitar el edificio junto al arquitecto y los técnicos municipales. En esa ronda, a la que también acudieron miembros de la Sociedad Caminera, se pudo apreciar el triste deterioro del edificio. «El edificio tiene graves problemas y además ha sufrido robos de azulejos, de trozos de piedra. Han arrancado paredes enteras, cerámica, chimeneas y cubiertas y han expoliado sus sarcófagos», enumera la alcaldesa. «Nuestra idea es que el edifico se recupere y se rehabilite, que no se arruine y que todo se haga en el marco de la normativa actual que lo protege», añade Biurrun.
Hace 15 días el propietario del Palacio también se reunió con el director de Patrimonio de la Comunidad de Madrid, Ignacio Muñoz. En ese encuentro se acordó hacer un estudio del estado de conservación, para ver las vías de protección y un plan de usos y compatibilidad.
Los actuales propietarios del edificio mantienen su idea primitiva de transformar el Palacio del Canto del Pico en uno de los mejores hoteles de Madrid. Al mismo tiempo, reclaman ayudas de la administración para preservar el edificio. Al tratarse de un Bien de Interés Cultural el mantenimiento del palacio corresponde al propietario. Sin embargo, los dueños aseguran que no pueden mantener un servicio de vigilancia las 24 horas. «Tuvimos perros y nos los envenenaron y luego un vigilante que en cuanto se iba le espiaban y entraban a robar. Estamos dispuestos a hablar y que nos ayuden pero nuestro objetivo sigue siendo un hotel», añaden los propietarios.
La Comunidad de Madrid resolvió en 2004 revocar la declaración como monumento del Canto del Pico, rebajándolo a la categoría de Bien de Interés Cultural. Han pasado varios años sin que hubiese una salida para el histórico edificio que ha sufrido actos vandálicos y expolios.
Ahora, gracias al interés del Ayuntamiento de Torrelodones, la Comunidad de Madrid se ha reunido con los actuales propietarios. Los técnicos de Patrimonio Histórico, dependientes de la Consejería de Cultura, van a hacer un estudio del estado de conservación y un plan de usos del espacio. El Gobierno regional pretende que se restaure el emblemático edifico, y frenar su deterioro pero no quiere asumir los costes de la inversión necesaria para evitar su ruina.
Los actuales propietarios del Palacio del Canto del Pico aspiran a convertirlo en un hotel del máximo esplendor con visita a Madrid y rehabilitar sus jardines y estanques. «Nuestra idea es hacer un hotel de siete estrellas y hay un proyecto aprobado que daba la autorización correspondiente para rehabilitar el actual edificio y construir a su lado otros nuevos. Hablamos de un plan para contar con un máximo de 100 habitaciones», afirman los propietarios de SHL.
La sociedad está dispuesta a seguir con los litigios ya que aseguran que «el Supremo sólo ha dicho que ha prescrito la licencia de obras que nos dieron. El proyecto para hacer el hotel lo aprobó la Comunidad y así está reflejado», dicen negando cualquier interés especulativo.
El actual equipo de Gobierno de Torrelodones espera que el Palacio del Canto del Pico no siga el proceso actual de deterioro y ruina que le amenaza. Mantiene que no se puede autorizar la construcción de un hotel pero está abierto a sentarse con la propiedad y la Comunidad y buscar una solución para una de las joyas del patrimonio del municipio. Son conscientes de que se trata de una propiedad privada y hacen hincapié en que corresponde al propietario el mantenimiento del edificio al tratarse de un Bien de Interés Cultural. El deseo final sería que tanto el palacio como su sendas y jardines fuesen aprovechadas por los vecinos, pero los actuales propietarios sólo piensan en un negocio privado no en el interés público.
Restaurar un emblema Negocio siete estrellas Una joya para todos