«La familia se opone al referéndum»

Shanahan asegura que el clan «desaconsejó» la consulta a Mas, «al que llamaban boludo»

«La obsesión de Jordi Pujol Jr. era siempre la de culpar de todo a Madrid, era una cosa de locos, cavernícola, tiene la enfermedad de la política», explica Shanahan. «Siempre estaba con llamadas de temas políticos, diciendo que Madrid es una mierda». No obstante, el socio argentino del hijo homónimo del ex presidente catalán desvela que la familia Pujol no es para nada partidaria de promover un referéndum para conseguir la independencia.

«Hablé con Jordi Pujol Jr. de este tema y me dijo que tanto su padre como el resto de la familia habían desaconsejado a Artur Mas convocar el plebiscito independentista, esa locura de separarse de España». «Me decía que iba a ser contraproducente y que iban a perder diputados», rememora el ex presidente del Puerto de Rosario.

«Jordi, que siempre estaba a la derecha de la derecha, me decía que [Artur] Mas era un boludo y muy, muy blando». «De hecho, recuerdo el último comentario que me hizo cuando Mas convocó las elecciones y ganó pero no con la cantidad que debía».

«Jordi me dijo que se lo habían desaconsejado porque en vez de dar un paso adelante, darían un paso atrás». «Aseguraba que iban a salir peor que antes, que iban a ganar pero con menos diputados y, al final, así fue [CiU pasó de 62 a 50]. Yo le decía que estamos en un mundo globalizado, que lo de separarse y romper España es una locura y que por mucho poder que tenga Cataluña, el verdadero poder está en Madrid», subraya.

Pese a discrepar en temas políticos, Pujol Jr. y Shanahan coincidieron en que «el Puerto de Rosario era un gran negocio por una cuestión estratégica» y que tendría una «gran rentabilidad no a corto, pero sí a medio y largo plazo».

Sin embargo, «por culpa de las locuras de Jordi», el puerto «entró en una situación financiera crítica». Tras la ruptura con Pujol Jr. y la venta del puerto, Shanahan considera beneficioso «que salga la mierda de debajo de la alfombra y que la gente se dé cuenta de que todo se repite». «Luego», vaticina, «vendrá otro Pujol, y volverá ser exactamente lo mismo. Eso sí, hoy ya hay más controles y Jordi no puede mover la plata con la libertad que lo hacía 10 años atrás».